Era un cálido día de verano y
Cristina caminaba por una playa de California, la cual estaba poco transitada a
esas horas, pues la gente debería estar comiendo. Ella era alta, con el pelo
negro azabache que le llegaba por la mitad de la espalda y unos ojos azul
cielo. El bikini blanco que llevaba resaltaba su tez tostada (la cual en
invierno era algo más blanca) y con un pareo naranja atado a la cintura.
Mientras paseaba sumida en sus pensamientos se chocó de bruces contra un chico
algo más alto que ella, pelo rubio y unos preciosos ojos verdes de los cuales
creyó enamorarse nada más verlos. Tenía la piel algo más morena que ella y se
preguntó si la tendría así durante todo el año. Aunque estaba musculado no
parecía ser uno de esos chicos adictos al gimnasio y a los esteroides. Vestía
un pantalón a juego con sus ojos y una camiseta gris de tirantes.
El
despertador la sobresaltó y la sacó de aquel sueño. Se sentó en la cama con
cierta nostalgia recordando los días en aquellas playas que ahora había dejado
atrás debido a los viajes de negocio de su padre y se preguntó si este sería ya
el destino definitivo. Aunque aquella playa era la misma por la que tantas
veces había paseado, no terminaba de encajar algo en aquel sueño; el muchacho
con el que tropezó no lo había visto jamás, aun así tampoco le dio demasiada
importancia pues ya apenas lo recordaba. Unos golpes en la puerta la sacaron de
sus pensamientos. Era su madre que pasaba a despedirse de ella antes de irse al
trabajo y a desearle suerte en su primer día de instituto (iba a empezar 1º de
bachiller, por lo que estaba nerviosa ante las expectativas de este nuevo
curso, sumado al hecho de ser nueva en el instituto, en la ciudad y casi en el
país, pues aunque Cristina, o Cris como solía llamarle la gente, nació en
España se mudaron cuando ella era aún muy pequeña por el trabajo de su padre y
desde entonces no había hecho nada más que viajar de ciudad en ciudad y de país
en país durante sus 16 años). Su madre le besó en la mejilla, le quitó el
pintalabios que le dejó en esta y fue cerrando suavemente la puerta a su paso.
Cris se
aseó y vistió rápidamente, pues no quería llegar tarde, y bajó a
desayunar. Una vez lo hizo saludó a su padre y a su hermano, el cual había
cumplido hace unos días los 14. Cogió su mochila con un estuche y un cuaderno y
se encaminó hacia la puerta, pero cuando se disponía a agarrar el picaporte
para salir su padre la detuvo.
-¿Hija,
quieres que te acerque al instituto en coche? Queda un poco lejos.
-No
papá, tranquilo, voy bien de tiempo y me apetece caminar un poco y despejarme.
-¿Estás
segura? A mí no me cuesta nada…
-Lo sé
papá, gracias pero bastante tengo con compartir instituto con el mico de Dani
como para compartir también mi espacio con él durante el trayecto hacia allí –
se giró y le sacó la lengua a su hermano-.
-Yo
también esperaba tener que verte nada más que en casa – Dijo Dani sonriendo-.
-Cristina,
Dani, comportaos si no queréis que me enfade.
-Pero
si estamos de broma – protestaron al unísono
- Me da
igual, sabéis que no me gustan ese tipo de bromas y menos entre hermanos.
-Lo
sentimos – volvieron a decir, pero esta vez Cris añadió – Me voy al insti. Pasar un buen día y si
queréis algo estoy en el móvil. Os quiero.- Y salió de casa con paso ligero,
(pues se le había hecho un poco tarde) y con la música a todo volumen.
Al
llegar al salón de actos el director estaba iniciando las presentaciones de los
profesores que los torturarían durante todo un largo curso. Tuvo que pedir a
una chica que apartara su chaqueta y su mochila, pues era el
único sitio que quedaba libre. La chica lo hizo a regañadientes y con
lo que le pareció un fastidio considerable pero no sin antes mirarla de arriba
a abajo y vislumbrar algo que podría haber sido una sonrisa (aunque no
estaba muy segura de ello) en los labios de aquella muchacha, Cris ante su
reacción puso los ojos en blanco y se sentó.
-Mmm...
Lo siento por molestar…y gracias.
-No
importa pero la próxima vez llega antes como todo el mundo.
-Eres
algo borde tú ¿verdad?
-Tal
vez, pero si no me hablaras no tendría que serlo.
Cris se
cruzó de brazos y decidió ignorarla, ante eso la chica la miró y sonrió con una
mezcla de dulzura y satisfacción en la cara. Ambas se pusieron a prestar más o
menos atención hasta que empezaron a nombrar a los alumnos y a
distribuirlos en las distintas clases. A ella le toco en 1ºB y con un
tutor que no parecía malo, su impresión es que ya era mayor, aunque tenía
un buen aspecto le rodeaba un aura de resignación, seguridad y autoridad
que hablaba por sí sola. Le siguieron hasta clase y una vez estuvieron
dentro mandó a la chica del salón de actos, con la que le había tocado en clase
(por lo visto de llamaba Alexandra, pero ésta le corrigió diciéndole que si lo
prefería podía llamarle Alex ya que todo el mundo lo hacía) y a ella a avisar a
unos cuantos alumnos de algunos formalismos de los cuales tendría que informar
el profesor, el cual se sinceró diciendo que odiaba hacerlo y que por
eso las mandaba a ellas.
Solo
les faltaba por avisar a un alumno de 1ºD cuya clase estaba en la otra punta
del centro.
-Mira
Alexandra, Alex o cómo diablos te llames, te aseguro que me hace menos gracia a
mí que a ti el tener que hacer esto contigo pero al menos podrías quitar esa
cara que más bien parece que te has comido una patata agria o algo y te ha
sentado mal.
-Lo que
me sienta mal es tener que aguantar todo un año a una chica como tú y que
encima no quieras separarte de mí.
-No lo
hago por gusto, te lo aseguro
-Deja
de asegurar tanto. Y por cierto, lo parece.
Cris le
iba a contestar pero justo en ese momento llegaron al aula y Alex no le dio
tiempo a que lo hiciera: llamó, pidió permiso y pasó. Cris, quien llevaba la
lista dijo:
-Perdone,
venimos de parte del profesor don Pablo. Querríamos informar al alumno Oliver
García de algunas cosas.
-Si por
supuesto, veo que el viejo Pablo ya se ha cansado de hacer de recadero –dijo la
profesora con una amplia y cariñosa sonrisa- Adelante.
-Gracias.
Veamos… ¿Quién es Oliver?
A lo
cual el chico se levanto
-Yo soy
Oliver, dime
El
mundo pareció parase para Cris. Oliver era el chico de su sueño, pese a que
esta mañana no lo recordaba demasiado bien no le cabía duda de que era él.
Alex,
al ver que Cris se quedó en su mundo, decidió para sorpresa de ésta (cuando
regresó al mundo real, claro) ayudarla informándole ella de que en ciertas
asignaturas tendría que ir a su aula en vez de quedarse en la que se
encontraba. Lo dijo con cierto tono de rabia y dejadez, bajo el punto de vista
de Cris, pero pensó que sería algo normal en ella.
De
camino a su clase iba pensando en voz alta sobre su sueño, “su chico” (como
ella lo llamaba) y la coincidencia que era, no podía creérselo pero tampoco
podía olvidar aquellos ojos verdes.
-¿Puedes
dejar de hablar de ese chico, por
favor? – dijo Alex, pero esta vez no lo dijo de forma desagradable si
no con cierta tristeza.
-¿Te he
molestado?- dijo Cris al notar el tono y enterrando en hacha de guerra durante
un momento-.
-Para
nada, pero me aburres-dijo intentando disimular y armándose otra vez de toda
esa frialdad.
-Pero
tía tu estas mal de la cabeza ¿sabes? Deberías mirártelo.
Con una
gran agilidad empotró la espalda de Cris contra una pared, no con la suficiente
fuerza como para hacerle daño pero si como para inmovilizarla. Quedaron cara a
cara, no se había dado cuenta pero Alex era igual de alta que ella, con los
ojos color miel en los cuales la tristeza que intentaba esconder con su actitud
se veía claramente reflejada en ellos, un cabello también color miel pero algo
más oscuro que sus ojos y un poco más largo que el de Cris. Era más fuerte que
ella, aunque eran igual de delgadas. A pesar de que Alex tenía un brazo
contra el cuello de Cris, esta sabía que no le haría nada… ¿O sí?
CONTINUARÁ…
Fdo: GOAT
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