domingo, 17 de junio de 2012

DESTINO - CAP.10

Cris subió rápidamente debido a que estaba considerablemente preocupada por Alex. Era cierto que no la conocía demasiado pero jamás la había visto así y nunca pensó que pudiera verla así, tan indefensa y vulnerable. Quería saber que le había pasado aquella noche de tormenta pero desconocía la forma de poder hacerlo sin que le afectara demasiado. Los 24 escalones de los que se componía su escalera parecieron muchos más, pero en ese momento deseaba que así fuera y no se quedara solo en imaginaciones. Tenía miedo de llegar a su habitación, del aspecto que tendría Alex e incluso del suyo propio cuando la viera. Apenas quedaban 3 escalones cuando sus piernas se pararon en seco, se quedó bloqueada, petrificada. Se obligó a dar un paso más pero empezó a pensar en que le pudo pasar. 2. Le pareció oír que estaba llorando. 1. Notaba que la ansiedad se apoderaba de ella y le nubló el pensamiento. Saltó el último peldaño, corrió por el pasillo y al llegar a la puerta, la cual estaba cerrada, la abrió ligeramente y con cuidado de no hacer ruido pero a pesar de ello Alex se percató se limpió disimuladamente la lagrima que le corría por la mejilla y un forzado atisbo de sonrisa cruzó fugazmente su rostro. Debió de darse cuenta del impacto que sería para Cris aquella situación por lo que intentó quitarle algo de importancia.

-¡Hey hola! Diría que es toda una sorpresa encontrarme contigo a estas horas de la noche si no fuera porque estoy  usurpando tu cuarto.

A Cris le pareció un buen comienzo por lo que decidió seguirle la corriente.

-No te preocupes si estoy acostumbrada a que no te separes de mí y todo eso. Me usurpas mi cuarto, me secuestras en los recreos, no te separas de mí en clase, duermes conmigo por la noche e incluso por el día y encima cenas en mi salón.

-No sabía que era tuyo, lo juro. Pensaba que eran tus padres los que pagaban la casa y que por eso era suyo.

-¡No te rías encima de mi hombre! Piénsalo un poco, no te separas de mí.

-Más te gustaría a ti.

-Poniéndote a la defensiva tan sólo me das la razón.

Alex guardó silencio ante eso y la miró con ojos, aunque algo rojos por haber llorado, curiosos y penetrantes. Cris se sentó al lado de ésta en la cama, sabía que no podía posponerlo más y no le hizo falta abrir la boca para que la otra chica se diera cuenta de lo que quería. Antes de explicarle nada le cogió las manos, ambas las tenían, algo sudorosas y congeladas debido al nerviosismo que les removía y sacudía,  el cuerpo de arriba abajo.

-Supongo que pensaras que mi reacción es algo exagerada e histérica, al igual que es resto de tu familia.

-Yo no lo pienso y mi familia tampoco creo que lo haga pero aunque fuese así olvídate de eso ahora.

-Realmente no sé por dónde empezar, todo es muy complicado.

Ante eso recibió una mirada de apoyo sincero y un apretón de manos, lo cual le reconfortó levemente. Se paró un momento para escoger las palabras adecuadas.

-Todo ocurrió un frio y muy lluvioso jueves de diciembre. Puesto que la mañana siguiente tenía dos exámenes finales me fui a la biblioteca con Ashley a estudiar. El trayecto era de una media hora y aunque por el día esas calles eran muy transitadas por las noches estaban desiertas así que mis padres mandaron a mi hermano a por mí porque yendo con él no me pasaría nada. Eran las doce de la noche cuando…

-Sé que es un detalle tonto pero ¿cómo que estaba abierta tan tarde?

-En realidad tiene sentido que la hagas. Era una ciudad algo pequeña y ya que sólo hay esa biblioteca  la mayoría de los estudiantes iban allí durante la época de los exámenes finales por lo que decidían cerrar algo más tarde con la condición de que haya bastante gente. Por desgracia aquel día la había.

-Gracias, continúa por favor.

-Como te iba diciendo, eran las doce cuando mi hermano se pasó a por nosotras, yo le convencí de que podía ir sola a casa y ya que Ashley vivía a cinco minutos de allí la acompañara y que luego se uniera a mí, que no me pasaría nada, él aceptó a regañadientes. La lluvia aumentó y se añadieron rayos y truenos a ella. Iba caminando por una larga calle cuando un rayo iluminó a un hombre en la otra punta. La visibilidad no era demasiado buena pero me pareció que iba encorvado y que sujetaba una botella en la mano. Intenté no darle demasiada importancia y continué andando hacia su dirección.- Una lágrima que empezaba a acumularse amenazó con derramarse.- Cuando estábamos más cerca el uno del otro él levanto la cabeza y  de repente me miró con una sonrisa que no sería capaz de describir, fue en ese momento en el que me di cuenta de que iba más borracho que una cuba. Él aceleró el paso y aunque intenté cambiarme de acera me perseguía, cuando lo tuve delante su olor a alcohol a tabaco y a un olor que debía ser de alguna clase de droga me hizo darme cuenta de la gravedad de la situación. Solamente le hizo falta un “Hola guapa, ¿quieres pasar un buen rato conmigo?” para darme cuenta de lo que planeaba. Las piernas no me respondían, otro rayo iluminó su cara, su sonrisa malévola y fue el trueno que le siguió lo que me hizo poder retroceder, aunque de poco sirvió. En dos grandes pasos me alcanzó y con ansia me desabrochó la cremallera del abrigo mientras yo forcejeaba pese a saber que no me serviría de nada. No era un hombre corpulento para nada, de hecho era muy delgado calvo por la parte de arriba pero con el pelo ondulado y gris que le caía por los hombros. Recuerdo su camiseta de negra y corta pese al frio que hacía. De un empujón me tiro al suelo, me quitó el jersey y de un tirón me desabrochó la camisa.-Estaba llorando y ahora más que hablar sollozaba.-Se puso encima de mí y…

-¿Te violó? Hijo de puta.

-No, por suerte no lo hizo, Ashley tuvo un presentimiento y ambos vinieron corriendo a mi encuentro y pudieron salvarme. Tuvo que sujetar a mi hermano para que no lo matara allí mismo, Llamaron a la policía una vez pudo casi tranquilizarlo.

-¿Y qué pasó con él?

-Lo detuvieron durante lo que debieron ser unos años, pero luego fueron menos. Ese año estuve tan traumatizada que no me atrevía a salir sola a la calle por lo que perdí un año de instituto y cuando empecé a mejorar vi en un periódico que por buena conducta lo había soltado y que todo lo que había tomado en cierto modo fue algún tipo de atenuante en su condena. Yo volví a recaer y mis padres decidieron que lo mejor sería mudarnos. Por eso hoy estoy aquí y por eso a pesar de tener un año más que tú estoy en tu mismo curso. Me separan más de cuatrocientos kilómetros y más de un año de aquello pero aun así hoy sigo soñando con aquella sonrisa, sigo teniendo pánico de aquella noche y de la posibilidad de que pueda volver a repetirse.

-Te juro que jamás volverá a pasarte algo así, no mientras esté aquí.- Cris la abrazó pues no sabía que podía decir y no se le daban demasiado bien esas cosas. Al hacerlo Alex comenzó a llorar con más intensidad en su hombro por lo que dejó que se desahogara mientras le acariciaba el pelo e intentaba calmarla. Poco a poco lo hizo y se tumbaron en la cama aún abrazadas. Aunque ya no lloraba seguía temblando. Así se quedaron dormidas.



Alex se despertó, como siempre, la primera con la luz del alba y observó a Cris dormir, sólo que ese día no se conformó con mirarla y la besó. Pensó que Cris estaba dormida y que no se enteraría, pero se equivocaba.

CONTINUARÁ...

Fdo: GOAT

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