Una
de las peores maneras de empezar un día es con una mala noticia, el lunes
comenzamos con casi 4000 a la vez, la suma total de las víctimas de esa semana
en el Mediterráneo más las del terremoto de Nepal que se habían contado hasta
ese momento y que tras una semana nos encontramos con una posible cifra de
15.000 fallecidos. Si en ambas miles de personas han perdido la vida, ¿por qué
a una se le da mayor importancia? ¿Acaso una vida sólo cobra importancia cuando
se la lleva una tragedia natural? ¿O quizás es peor que 50 hombres quiten la
vida al mismo número de mujeres atormentándolas pero es irrelevante que
multitud de gobiernos torturen hasta dejar morir a miles de personas en ese
mismo periodo de tiempo? No, la tiranía de esos maltratadores es exactamente la
misma que la de esos gobernantes ya que se ensañan contra las víctimas más
débiles mientras alaban las decisiones de sus superiores y luego se hacen los
ofendidos cuando se les señala con el dedo y se les dicen las verdades a la
cara. Está claro que una persona que es capaz de tratar a seres humanos es una
persona con cuerpo pero sin alma, conciencia, entrañas ni corazón.
Completamente vacía.
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