1- La ternura de tu expresión.
2- El marrón profundo de tus ojos.
3- El delineador que profundiza aún
más tu mirada.
4- La tez morena contrastando con la
blancura de tus dientes.
5- La camiseta ancha que deja ver
algunas de tus curvas de vértigo. Esas serían mi trayecto favorito para volver a casa. O para adentrarme en la locura.
6- Los pantalones cortos que dejan a
la vista tus fuertes y definidas piernas. Si corrieran por mí, te aseguro
cariño, que me dejaría atrapar pronto.
7- El movimiento de tu ondulado pelo
cuando corres de un lado hacia otro, acalorada y veloz.
8- Tu voz aguda que lejos de
desentonar con tu grácil cuerpo te hace parecer aún más dulce.
9- Tus dedos finos
y largos, envidiados y deseados por cualquier aspirante a pianista.
10- Porque me haces actuar de la
manera más tonta y torpe, casi estúpida y loca, sólo por llamar tu atención.
11- Porque sería capaz de saltar la
muralla china para abrazarte y hacerte ver que todo estará mejor cuando tu
expresión cambia a triste. Tu espíritu alegre no se rompe ni amarga durante
mucho tiempo.
12- Porque siempre odie las
sevillanas hasta que te vi bailarlas en apenas un metro cuadrado.
13- No me
enfadaría si me despertasen el sonido de tus palmas, ni siquiera en la oscura
madrugada ni en la siesta más necesitada.
14- Por el tacto suave y celestial de
tus manos sobre las mías.
15- Por el apretón fuerte y delicado
de tus dedos sobre mi palma.
16- El brillo de tus ojos cuando mi
escasa racionalidad no me ha dado para alejarme de ti.
17- Porque haces que deseé cada nuevo
día y cada hora es una menos para verte.
18- Porque eres diferente.
19- Te escribo para pensarte.
20- Te pienso sin querer.
21- Me duermo con tus ojos en lo más
profundo de mi mente.
22- Eres mi tema preferido de
conversación.
24- Me asustas.
25- Me fascinas.
26- No puedo evitar mirarte y que
todo desaparezca alrededor.
27- Porque me voy a esforzar en darle
la vuelta a la tortilla familiar.
Hay tantas y tantas razones por
la que pensarte que en ocasiones hasta me abruman, pero si tuviera que quedarme
sólo con una sería con el baile de luces y brillos que ofrecen tus ojos y tu
sonrisa, esa es la auténtica clave. Todas las fuerzas se escapan de mi cuerpo
cuando atrapas las tantas miradas que van dirigidas sólo a ti y no puedo evitar
envidiar a toda la gente que tiene el privilegio de disfrutar de tu presencia
con frecuencia.
Tú no lo sabes, ni siquiera lo
imaginas (¡¿cómo vas a imaginarlo?!) pero lo he estado pensando, analizando cada
detalle que conozco de ti, esa expresión triste cuando hablas de ciertos temas
y he llegado a la absurda conclusión de que estaría dispuesta a hacer cualquier
cosa que necesitases. ¿La razón? La número 18.
Como esta situación va a ser
demasiado efímera voy a aprovecharla de la mejor manera que pueda, sin dejar
nada en el tintero y poner (casi) toda la carne en el asador. No se puede ganar
una partida en la que la puntuación está puesta de antemano.
Cada segundo son 148 razones más
que añadir a esta modesta lista.
148- Hay tantas razones en tan poco tiempo que no me vale con una
sola entrada, un solo teclado ni una sola vida.
Gracias a todos los que habéis hecho posible las más de 4.000 visitas de un blog que comenzó como un mero trabajo de clase. Yo no escribiría si vosotros no me leyerais, es por eso que os lo debo todo y lo sois todo. Os quiero familia y os estaré eternamente agradecida. Vayamos a por otras 4.000 más.
Goat
Goat