miércoles, 15 de julio de 2015

Libras

“Con este vestido me veo más gorda”, “Hoy no salgo a la calle, me veo feísima”, “¿A la playa? Bueno pero no me voy a poner bikini, no quiero que me vean”, “Si muestro mi cuerpo daré asco a todo el mundo, ya me lo doy a mí y eso es más que suficiente”.
Por desgracia muchas personas saben lo que es decir frases de este estilo y todo lo que implica. Creemos que somos libres pero en realidad vivimos encadenados a las modas, a las tallas y al “hoy ya he comido lo justo para no engordar”. No, da igual que tengas uno o veinte kilos de más, lo único que puede importar de ahí es que tengas una buena salud pero el aspecto es completamente irrelevante, es muy triste que las adolescentes de hoy en día piensen que su felicidad depende de un simple número en una báscula o etiqueta, que estén dispuestos a dejar de hacer cosas como darse un baño en una piscina o salir con sus amigos por sus complejos. No les culpo a ellas (sí, a ellas, ya que generalmente se les exige más a las mujeres por culpa del sistema patriarcal en el que vivimos) pero tampoco a ellos, son esclavos de sus propios miedos y de los que les han sido inducidos por los demás hasta el punto de que han costado muchas vidas, eso es una completa atrocidad.
Los jóvenes están perdiendo el verdadero sentido de la vida, olvidando que la esencia está en el interior y que a los únicos que les deberían importar las cifras son a los matemáticos y a los empresarios.

Por lo tanto, si eres una de esas personas que está viendo truncada su felicidad por culpa de su peso, sus complejos, defectos o de más sólo di “hasta aquí”, sonríe, levanta la cabeza y que ningún comentario te hunda. Sé que desde fuera parece muy sencillo pero tampoco lo compliques en exceso, eres una persona estupenda así que di cinco virtudes por cada dos defectos y verás como la balanza sale positiva. Me da igual tu talla, tus estrías, el color de tus ojos o tu pelo, el tipo de música que escuches…sólo me importa la sonrisa que deberías estar teniendo ahora mismo dibujada en la cara y que quiero que tengas cada día porque así nadie será capaz de fijarse en nada más. El primer paso para que los demás te quieran es que lo hagas tú misma (o mismo), no va a tener ningún efecto positivo en ti que reduzcas tu peso al mínimo porque tu interior te irá consumiendo lentamente pero si consigues encontrar la paz en ese interior y sentirte bien contigo misma aun siendo consciente de esas cosas buenas y malas entonces sí serás feliz porque todo ello forma parte de tu ser y yo no lo cambiaría por nada del mundo.
Si por el contrario eres de las que no tienen que batallar con esas dificultades me gustaría pedirte un favor, ayúdame a convencer a la gente que si los tiene a que son increíbles, que los que intentan hundirles están equivocados, sé su balsa de aceite en esa profunda tormenta y haz por ellos lo que te gustaría que hicieran por ti si estuvieras en esa situación. Una sola voz no puede cambiar el mundo pero si todos la juntamos podremos darle la vuelta a esta realidad que tanto apesta. Juguemos a algo, ¿a cuántas personas eres capaz de hacer sonreír en un solo día? Te reto a que nos superes a todos, esfuérzate pues no será fácil.

No, no te conozco, no sé tu nombre ni tu edad, tu peso, ni siquiera de dónde eres o cómo has llegado hasta aquí pero te quiero y estoy orgullosa de ti, de todo lo que has o estás luchando, eres más fuerte de lo que piensas y vas a llegar muy lejos, cree en tu potencial porque yo lo hago y quiero verte subiendo a la cima incluso por superándome a mí (recuerda saludarme cuando pases por mi lado, me alegrará verte). Puedes conseguir todo lo que te propongas, sólo inténtalo.


Te sorprenderías al saber la repercusión que tiene en alguien un acto altruista de algún desconocido.