sábado, 30 de agosto de 2014

CASUALIDAD CAP.7

Había pasado un mes, uno que a mí se me antojó como cinco. Estuve en coma durante un par de días más, a la semana siguiente me dieron el alta después de estar en observación e intenté retomar mi vida anterior tras todo lo ocurrido, el problema es que me remonté demasiado atrás en ella sin quererlo.
Las chicas y PJ se fueron al día siguiente de haber salido del hospital. Se disculparon alegando que necesitaban unas vacaciones, como si no hubiese sido yo la que estaba en el hospital jugándome la vida por salvar la de ellos. No estaba molesta ni enfada, en el fondo hasta los entendía pero me sentía sola, mucho más que antes, supongo que la razón de esto es porque no se puede extrañar lo que nunca has tenido, pero una vez que lo has vivido y te ha cambiado todo por completo duele, duele mucho. No se lo he contado a nadie porque de hecho no hablo con nadie, y menos de este tema, LJ me ha llamado alguna vez para ver como seguía, intentaba cuidarme pero yo no le dejaba, no quería que ninguna persona lo hiciera ya que si estás sola no hay nadie que pueda dañarte. Me estaba encerrando en mí misma y construyendo un muro contra el mundo, estaba cansada de luchar y perder, de saltar y caer. A pesar de todo esto yo seguía conservando la esperanza irracional de que un día llamarían a mi casa o me los encontraría al torcer la esquina, necesitaba pensar que ellos se acordaban de mí aunque fuese sólo una tercera o una cuarta parte de lo que yo lo hacía. Era la primera vez que yo dejaba entrar a tanta gente en mi vida y no tenía ni idea de cómo sacarlos.

-Tenemos una cita en el médico para ponernos las vacunas –James me saco de mis pensamientos, llevaba al menos madia hora hablándome pero estos me tenían tan absorbida que ni me había dado cuenta. Pobre, siempre le acababa haciendo lo mismo y no me gusta.
-¿Vacunas?
-Sí, el viaje a África es dentro de tres días y aún no nos las hemos puesto. Tú querrás pillar el paludismo o algo de eso pero yo no, y menos que me dé cargo de conciencia por dejarte ahí.
-Vamos James ambos sabemos que no harías eso y además hay que vacunarse tres semanas antes, no tres días – puso los ojos en blanco y apartó la mirada de la carretera durante un escaso segundo para mirarme fingiendo estar ofendido, era malísimo intentándolo, más que un cachorrito parecía un bóxer y eso me hacía reír.
-Me encanta esta canción – dijo subiendo el volumen de la radio del Mercury, color metálico pero algo raro, en el que íbamos. Eso me permitió sumirme en mis pensamientos de nuevo.
Después de un mes aún no había asimilado los cambios que habían alborotado mi vida. Ahora formaba parte de una plataforma de defensa de la mujer, la cual estaba en pleno auge y escalando, convirtiéndose poco a poco en una ONG gracias a que intentamos prestar una ayuda lo más estrecha posible a la organización de ONU Mujeres. Cada vez mi radio de acción es mayor, entre ambos puedo ayudar a gente de todas las clases: mujeres, niños, ancianos, mendigos, personas de países subdesarrollados…

Al hablar con el psicólogo del instituto apenas el primer día de clase me dijo que me vendría bien distraerme, que me centrara en lo que me gustaba y en lo que se me diese bien así que cuando llegué a casa se lo conté a mis padres y les pedí su opinión para que me diesen alguna idea. Mi madre me dijo que se me daba muy bien ayudar a los demás, que tenía un don para ponerme en la piel de otros, y mi padre me dijo que protestar era lo mío, que me pasaba el día haciéndolo. Con ese cóctel en mis manos solo me faltaba ponerle un nombre, uno que supe en seguida: compromiso.
Entendí que ambos llevaban razón por lo que esa misma tarde fui a dar una vuelta, soy de ese tipo de personas que necesita que le dé el aire para pensar y sopesar sus posibilidades. A la semana siguiente me uní a la plataforma casi como un mero peón y a base de esfuerzo, sin que nadie me regalase nada, un mes después tengo un peso relativamente importante aquí.

-Tierra llamando a Aroa, Aroa responde.
-¿Qué? Te tengo dicho que no me llames así.
-Perdóneme usted, señorita Christine.
-¡James, deja de reírte de mí! Sabes que no me gusta que me llamen por mi nombre.
-Entonces ¿Cómo te llamo? ¿’Rorro’ o ‘Roa’ por ejemplo? – conseguí esbozar una sonrisa y puse los ojos en blanco.
-Pues mira si, prefiero eso, es menos formal. Pero eso sí, una condición, es un nombre personal e intransferible por lo que solo tu podrás llamarme así.
-Eso está hecho Rorro. Pues venga, baja del coche que ya hemos llegado al hospital.
-No, no, no, no, no, me dan pánico las agujas James, por favor, no me hagas ponérmelas. Si ya no va a tener ningún efecto, James por favor.
-No me discutas, soy mayor que tú por lo que eres mi responsabilidad y tampoco pienso permitir que te pase nada así que si tengo que cogerte en volandas y pasarte ahí dentro no dudes que lo hare.
Fui a replicarle pero se me olvidó lo que iba a decir cuando le miré a los ojos, la preocupación y la protección en ellos era cierta por lo que yo no era nadie para dejarme cuidar, no por mí, a mí ya me daba igual lo que me pudiera pasar pero James no se merecía pagar las temeridades que hacía por culpa de otros.
En mis noches de insomnio, que eran bastantes, me cogía mis auriculares y trepaba hasta el tejado de casa para pasar la noche mirando las estrellas. Unas veces me llevaba una manta si hacía demasiado frío, otras me quedaba tiritando y sintiendo mi piel erizarse ante cada mínimo susurro del viento gélido y algunas me quedaba dormida, normalmente por agotamiento pero había otras que conseguía dormir relajada bajo el manto de estrellas que me cubría. A veces me echo de menos, a mi ‘yo’ infantil, el que miraba distraída una carrera de gotas de agua. Hay días que al levantarme todo era oscuro y lo único que conseguía sacarme de la cama era el proyecto que traía entre manos y el entusiasmo de James. Nunca le había contado nada de lo que me había pasado, realmente no sabe nada de mí pero si una mañana no estoy en la puerta de mi casa a la hora que se pasaba a por mí para recogerme, ya se empeñó en llevarme casi cada día al colegio porque insistía en que estaba demasiado lejos, me llama al móvil y si no se lo cojo llama a la puerta, pasa a mi habitación, tira piedrecitas a mi ventana o se encarama a ella, posiblemente esa es una de las razones por las que ahora suelo dormir con la ventana cerrada.
-James, por favor, te lo suplico.
-Deja de lloriquear y compórtate como la mujer que eres, Roro.
-No soy una mujer, hasta que no cumpla los 18 aún soy solo media.
-Pues saca a la media mujer que llevas dentro y demuestra que en muchos casos valen más que muchos hombres.
-¿Y me lo está diciendo un tío?
-No, te lo está diciendo el único tío que está involucrado en nuestra asociación de ayuda a la mujer y que ve casos de violencia física o psicología de unos mierdas que no saben lo que es amar a nadie salvo a sí mismos.
-Tranquilo, respira – le puse una mano en el hombro para intentar calmarlo, se estaba poniendo rojo de rabia.
-Lo siento, este tema me afecta demasiado pero estoy bien, no es nada.
-¿Seguro? Si lo necesitas podemos salir a tomar un poco el aire o a dar una vuelta.
-Y ya que estamos te vas del hospital, ¿no?
-Mentiría si dijera que eso no influye pero estoy preocupada por ti de verdad.
-Estoy bien, lo prometo. Sabes que soy demasiado pasional y me dejo llevar en seguida. Vayamos a dentro, cuanto antes entremos antes te lo quitas de encima y tenemos que ir preparando las maletas y todo lo que haya que comprar. ¡Qué ilusión Aru! ¡Que no vamos a África! – estaba literalmente dando saltos de alegría mientras hablaba.
-¿Aru?
-Sí, llamarte solo de una forma es demasiado soso así que lo haré con la primera cosa que se me pase por la cabeza.
-Por qué será que no me sorprende viniendo de ti.
-¿Por qué sabes que soy un rebelde inconformista?
-No, porque tienes tan mala memoria que seguro que se te olvidan y tienes que buscar otros.
-Vaya, sí que me conoces bien.
-Eres casi como un libro abierto para mí, James.
-Y tú como la hermana pequeña que nunca tuve.
-Si tienes una, se llama Roxanne y te va echar la bronca por no haber avisado de que no ibas a comer.
-¡Exacto! Roxy es la pequeña pero cuida de mí como si fuese la mayor. Admitámoslo, soy un auténtico desastre y no sé qué haría sin ella.
-Me quito el sombrero ante esa afirmación.


El día transcurrió entre risas y bromas, como todos. La vacuna apenas me dolió, como él había pronosticado, pero me quejé de todas formas porque no pensaba darle la razón ni por un segundo aunque ambos supiésemos que la llevaba. Así era nuestra relación, cuidábamos el uno pero a la vez nos despreocupamos sobre nosotros mismos, somos orgullosos y siempre nos llevamos la contraria pero es lo más parecido a un hermano de lo que nunca he tenido aunque apenas supiéramos nada el uno del otro.

CONTINUARÁ.

By: GOAT

viernes, 21 de marzo de 2014

CASUALIDAD CAP.6

Escuchaba un sonido familiar, el de unas voces que no era capaz de identificar entremezcladas con una canción que sabía que conocía pero que, por alguna razón, no reconocía. Sentía la boca seca y la cabeza me martilleaba. Me encontraba en un concierto rodeada de una multitud que gritaba, cantaba, lloraba y reía, todo a la vez. A mi lado izquierdo se encontraba PJ, vestía una camiseta roja y unos pantalones vaqueros negros, para ser sincera me encantaba como iba. Me quedé embobada mirándole y él, que se dio cuenta, me miró y sonrió. Ninguna luz de aquel concierto lucía tan radiante ni iluminaba tanto como su sonrisa, mi corazón se detuvo un momento ante eso. Las mariposas de mi estómago me demostraron lo que llevaba meses negándome, PJ me gustaba y lo hacía más de lo que nunca estaría dispuesta a admitir. La música se paró y Sharon den Adel, vocalista del grupo Within Temptation, habló. No había reparado en que clase de concierto estábamos por lo que ahora entendía porque iba vestida como a mí realmente me gustaba ir, con ropa ancha y negra. La gente me identificaba con una rockera por ir así pero nunca consideré que realmente lo fuera, aunque este grupo me encanta desde hace años. Me dejé llevar en ese vaivén de ritmos diferentes y antes de que pudiese darme cuenta todo había acabado.
Me encontraba en el coche y él conducía, algo que me extrañaba porque, que yo supiera, aún no se había sacado el carnet. Me llevó a su casa y me tumbé en la cama que me indicó, no sin antes dejarme mi intimidad para ponerme el pijama como todo un caballero. Él se tumbó en otra que había enfrente, separadas por el espacio que ocupaba una butaca colocada a la altura de los cabeceros. Hablamos durante un rato hasta que ambos caímos dormidos.

Alguien me estaba hablando pero no podía contestarle ni abrir los ojos, no podía moverme porque mi cuerpo no me respondía, lo único que podía hacer era escuchar. No entendía que me pasaba y me puse ansiosa, cuanto mas intentaba hacerlo menos lo conseguía, quise llorar pero tampoco me salían lagrimas. Quien me hablaba era PJ, tenía la voz rota y se notaba que estaba mal. Puesto que no podía hacer otra cosa le escuché.
-...no entiendo porque tuviste que hacerte la valiente, no tenías que demostrarle nada a nadie pero sí mucho por vivir. ¡Me mata verte postrada en esta cama! ¡Apenas tienes 17 años, en qué estabas pensando! Las chicas apenas tienen fuerzas para venir aquí ¿sabes? Cris no puede pisar esta habitación sin llorar y Alex intenta disimularlo pero en sus ojos se ve que no lo soporta...
¿Hacer el qué? No entendía a que venía esta bronca, si no he hecho nada, al menos que yo recuerde.
-...eres una inconsciente, tus padres se pasan todo el día aquí, en especial tu madre, que esta trabajando en el periódico desde el hospital. Apenas sale de aquí para ir a casa y ducharse. Estoy seguro de que pensabas que nadie saldría perdiendo pero lo hemos hecho todos, no tienes ni idea de lo importante que eres para mí, es decir, para todos. Se que posiblemente no me estés escuchando pero...
Alguien llamó a la puerta en ese instante
-¿Se puede?
-Si claro doctor, pase. ¿Como se encuentra?
-Está en estado de coma pero estable, como ya sabe esa noche perdió demasiada sangre aunque por fortuna una de sus amigas le taponó la herida y la otra, gracias a que tenía el mismo grupo sanguíneo, pudo donarle sangre ya que estábamos algo escasos. Esos hechos posiblemente le salvaron la vida. Se está recuperando lentamente pero saldrá de esta.

Empezaba a recordar algo, tan sólo pequeños detalles como los sollozos de Cris mientras me presionaba la herida, la rabia de Alex y la mirada sádica y llena de ira de una mujer. De pronto mi mente se iluminó en un fogonazo ¡ya sabía quién era esa mujer, era la loca! Yo estaba en el hospital y no es casa de PJ, me enfrenté a ese demonio por ellas y al final vencimos. Me daba igual si yo había acabado así porque ya no les molestaría nunca más. Quería levantarme, darle un abrazo a PJ, pedirle disculpas y decirle que no pasaba nada, que estaba bien, pero seguía sin poder moverme y eso si que me irritaba.
Me sentía cansada y no me encontraba bien, no quería oír ninguna bronca mas por hoy así que me dormí con la esperanza de que la próxima me despertase en condiciones.
***
-Tenemos que decírselo a PJ, Cris, él lo entenderá, debe hacerlo.
-Lo sé Alex, pero sigue sin gustarme la idea, sería como dejarlo tirado en medio de este caos.
-Ninguna de la dos puede más, ha sido un duro golpe para todos pero esta inconsciente que tenemos delante nos ha empujado a esto, no estoy segura de si ahora mismo podría ser la misma persona.
-¿Decirme que?
-¡PJ! -gritaron al unísono- no sabíamos que estabas aquí.
Todo estaba sucediendo delante de mi, me sentía la protagonista de una obra en la que se me había denegado el derecho al diálogo.
-¿Qué tenéis que decirme?
-Veras chaval -comenzó Alex- nos vamos a ir de Filadelfia durante un tiempo, volvemos a España a visitar a nuestras familias y a tomarnos unas vacaciones. Necesitamos descansar.
Habría pagado por poder ver su cara en ese momento pero si conociéndolo como lo hacía pude adivinarla por la forma en la que habló a continuación. Sonaba derrotado y furioso, temeroso y traicionado.
-Me dejáis solo, con todo lo que esta pasando y me quedo solo.
-No es así...
-¡Sí, sí lo es! Os da igual todo, tan solo pensáis en vosotras.
-¡No es cierto!
Había dejado de ser una charla entre amigos en un tono normal a ser lo bastante alto para que se enteraran en toda esta ala del hospital.
-¿Ah no? entonces decidme cuando os vais porque estoy seguro de que ya tenéis los billetes y ni siquiera os vais a esperar a que vuestra amiga se despierte.¡¿Acaso os habéis parado a pensar de que si está ahí es por salvaros la vida arriesgando la suya?!
-¿Y tu te has parado a pensar en que cada vez que la veo me culpo por ser ella la que está en esa cama y no yo? No pude defenderla, no supe como cuidarla.
Alex estaba llorando e histérica, jamás la había visto de esta manera, de hecho nunca habría podido imaginármela así.
PJ salió de la habitación muy alterado y dando un portazo a su paso. Cris se quedo intentando calmar a Alex, quien, después de un rato, estuvo más tranquila.

No se si volví a dormirme o no pues mi noción del tiempo y de la realidad era muy difusa. El sonido del picaporte al abrirse llamó mi atención. Ésta vez fue Cris la que intervino.
-Mira PJ, si quieres seguir te pido por favor que no lo hagas, Alex por fin se ha quedado dormida después de día y le ha afectado mucho la discusión de antes.
-Solo quería pediros disculpas, he perdido los estribos pero es que no soporto esta situación, es como un veneno que me corroe poco a poco las entrañas. 
-En el fondo lo entiendo, créeme que lo hago. No te preocupes, ¿estás mejor?
-Si bueno, más tranquilo. También venía a pediros un favor.
-Claro, dime.
-Dejadme ir con vosotras, yo me pago el viaje, la estancia y todo, lo único que requiero de vosotras es vuestra compañía.
-¿Y qué pasará con...?
No se atrevió a acabar esa frase incluso pensando que yo no la escuchaba, qué pasaría conmigo. Todos sabíamos esa respuesta, yo me iba a quedar sola en esta ciudad en la que era apenas una extraña, donde no conocía a nadie.
Ahora entiendo por qué el alfa y el omega representan el principio y el final, una es la primera y otra la última del alfabeto griego. El alfa siempre se asocia con algo bueno y la omega con algo malo pero ¿y si solo es el principio de algo malo que por fin acaba? En ocasiones el final de algo es la mejor parte porque te lleva a un buen lugar, allí donde se debe estar.
La historia termina donde empezó, nadie con quien volver a reír, solas yo y mi música. Quién sabe, quizás ese es nuestro destino, el de tenernos solo la una a la otra. En ocasiones el peor veneno es aquel que te mantiene vivo.


CONTINUARÁ.

By: GOAT

lunes, 17 de febrero de 2014

CASUALIDAD CAP.5

La puerta, que estaba medio abierta, chocó contra la pared quedando de par en par. Apareció una silueta y aunque no había mucha luz las tres reconocimos perfectamente de quién se trataba, esa mujer loca, y eramos conscientes de que esta era la última oportunidad, o conseguíamos entregarla a la policía o no quiero ni pensar que pasaría con nosotras.
Levantó el brazo derecho y un cuchillo resplandeció ante la tenue luz que iluminaba la habitación. Alex y Cris se miraron con gesto aterrorizado y entendí lo que significaba, miedo por que le pasara algo a la otra, por lo que tomé una decisión, quizás suicida pero sabia que la correcta. Si a alguna le pasara algo la otra no sabría como seguir pero si me pasaba a mi...digamos que tan solo contadas personas se acordarían de mi después de cinco o diez años.
-Señora, he visto a su marido con la calle, he de decir que entiendo que la dejara por ese hombre, está bastante bien, en cambio usted no tanto.- Me levante intentando disimular el temblor de las manos e intentando que mis piernas estuvieran lo suficientemente fuertes como para soportar mi peso. Las chicas me miraron con un gesto que no había visto nunca y que por lo tanto no supe como descifrar. 
Cris me tiró del brazo hacia abajo con tanta fuerza que caí al sofá de nuevo y en cuanto estuve a su lado se lanzó encima de mi y me tapó la boca con la mano. La miré a los ojos, me quité su mano de la boca suavemente para tener la oportunidad de decirle algo más.
-Lo siento pero te quiero, os quiero. No me lo tengáis en cuenta.

Debe ser verdad eso de que la adrenalina te concede un poder sobre humano porque cuando vi que esa mujer se acercaba corriendo con la vista clavada en Alex y esta se levantó dispuesta a plantarle cara me zafé de Cris a la que sin darme cuenta le di un puñetazo cuando la empujé al otro lado, fue sin querer pero la dejó algo aturdida y me dio algo de tiempo, mejor un ojo morado que un entierro. Salté del lugar en el que me encontraba al sillón que se estaba a espaldas de Alex, apoyé el pie, me impulsé y mientras saltaba el respaldo del tapizado sofá color beis empujé a la chica, que cayó sobre él. Yo aterricé algo delante de donde ella se encontraba y cuando levante la cabeza lo primero que ví fueron unos ojos grises inyectados en sangre mirándome con ira, odio y dolor.
-Iba a acabar primero con tu amiga desviada pero pensándolo mejor de esta manera aprenderás a mantener esa boquita cerrada, ñiñita.
-Que te jodan, loca.
-Respuesta equivocada.-Dijo susurrándome al oído.
Lo siguiente que note fue una sensación de frío gélido recorriendo mi cuerpo y luego una ola de dolor punzante y cegadora, tanto que no era capaz de ver nada, como si todo se hubiera sumido en la mas oscura penumbra pero me obligué a seguir, no podía permitirme sucumbir a lo que el cuerpo me pedía, caer, porque entonces lo que había hecho no habría servido para nada. Oí a una de las dos chicas gritar mi nombre pero no pude distinguir quién era, estaba demasiado aturdida. Cuando conseguí enfocar la vista para al menos ver borroso me pareció distinguir una sonrisa de satisfacción, como la que te sale al haber hecho bien  ejercicio que te preguntó la profesora o cuando no cometes ningún error en el trabajo, lo que me hizo enfurecer aún más.
Le dí un rodillazo en el abdomen y cuando intenté darle una patada en el brazo para que soltase el cuchillo lo esquivó y me hizo otra raja en la pierna aunque extrañamente no me dolía.
-¡Perra! ¡Eran mis pantalones favoritos! ¡Te voy a patear el culo!
Sabía o mas bien notaba que la incisión producida por la cuchilla en el lado izquierdo de la tripa había sido profunda porque era consciente de que estaba empezando a perder una cantidad de sangre considerable y me sentía muy cansada.
Todo debió ocurrir muy deprisa pero yo lo viví a cámara lenta. Vi como apretaba los dientes y acercó el cuchillo a mi cuello pero no era una amenaza, denote en sus ojos las ganas que tenía de acabar con esto, conmigo. Noté como la afilada hoja lo rozaba y comenzaba a cortar las capas de la epidermis pero no tenía miedo por mi sino por que las chicas corriesen la misma suerte.
De pronto la navaja se alejó de mi tráquea, alguien me estaba apartando de él, alguien me estaba empujando hacia atrás. Por el rabillo de mi ojo izquierdo vi a Alex lanzándose hacia ella haciéndole un placaje, como se hacen los jugadores de rugby en un partido, y la espalda de esa endemoniada mujer acabó en el suelo. Alex se giró a comprobar que tanto Cristina, a quien podía notar taponandome las heridas y comprobando mis respiración, y yo estábamos bien. Me costaba mantener los ojos abiertos pero necesitaba hacerlo para ver que a nadie mas le pasaba nada, de vez en cuando intentaba levantarme pero no tenía fuerzas suficientes para luchar contra la chica que se encontraba encima mía y la que, por cierto, estaba muy furiosa conmigo. 
Alex no se percató pero la mujer se había levantado y estaba apunto de hacerle lo mismo que a mí, intenté gritar pero tenía la boca demasiado seca y la garganta dolorida por lo que no me salia la voz, aun así Cris entendió lo que intentaba decir y eso hizo ella.
-¡ALEX AGÁCHATE!
Debió ser un acto reflejo pero lo hizo y por suerte solo recibió una raja que no parecía ser muy profunda pero si lo suficiente para cabrearla,la interpelada le dio una patada en la boca, lo que le ayudó bastante el hecho de que le sacara casi una cabeza, y esta vez retrocedió hasta tropezarse con la puerta. En ese mismo instante el brazo de una persona que no pude distinguir inmovilizo la parte superior del tronco de la loca mientras que otro lo hizo por los pies, Alex aprovechó la situación y le propino otra patada en el estomago no sin antes soltar varios gritos acordándose de varios de sus familiares. Apenas podía distinguir nada, Cris se esforzaba por frenar la hemorragia mientras llamaba a la ambulancia y a la policía pero cada minuto que pasaba me sentía mas y mas débil. Ya no podía aguantar mas, notaba como mis musculos apenas tenían fuerza para responder a los estimulos que mi cerebro le mandaba, casi podia notar los los globulos rojos saliendo de mi cuerpo como salen las personas de un edificio en llamas, precipitadamente. Necesitaba beber algo pero sobre todo dormir, estaba completamente exhausta asi que cerré mis ojos sumergiendome en la unica fuente de calor que me proporcionaban las manos de Cris. Tan solo podia oir un poco la situacion, todos tenian un tono de desesperación y creo que escuché varias veces mi nombre aunque no podía jurarlo. Intentaba luchar por manterme consciente pero era incapaz y opte por rendirme. Lo sentía por las chicas y PJ, al principio lo pasarían un poco mal pero se que lo superarían, han pasado por cosas peores, mis padres era otro tema, después de lo de mi hermano se quedarían sin hijos, siempre estuvimos muy unidos y si hay alguien que jamas podrá olvidarme serian ellos. Lo siento papa y mama, os quiero pero no tenía otra opción, sabéis que siempre he cuidado de la gente incluso más que de mi.
Me hundí en la calidez de ese sueño del que no estaba muy segura que pudiese salir algún dia. 

Las chicas llevaban razón en una cosa, la fiesta ha sido realmente inolvidable

CONTINUARÁ...?


By: GOAT