miércoles, 25 de diciembre de 2013

CASUALIDAD CAP.4

La alarma sonó pero no quería levantarme, no porque estuviese cansada sino porque era mi canción favorita y me apetecía escucharla hasta el final, aunque ello implicase levantarme casi cinco minutos más tarde. I don't wanna miss a thing, de Aerosmith, tenía algo especial, una letra tan bonita, una melodía tan fina y elegante y a la vez rockera...me traía buenísimos recuerdos de años atrás, años que quizás extrañase pero tampoco quería detenerme a cerciorarme de ello. Hoy era el día, hoy era la fiesta y solo había dos opciones, o era genial o era un desastre así que me levante, apagué la alarma que comenzaba a sonar de nuevo y deseché esa última opción, me negaba a que algo fuese mal, pasase lo que pasase.
Estaba tan eufórica que desayuné, limpié la casa y me arreglé en tiempo récord mientras daba alaridos intentando cantar las canciones que tenía a todo volumen en la tele y que seguramente habrían despertado a todos los vecinos, "guay, un motivo por el que no me miraran cuando me los cruce".
Cuando abrí la puerta para salir de casa PJ ya estaba a escasos metros de ella y me miró con cara de pocos amigos, posiblemente me echaría la bronca por salir sola, muchas veces me pregunto que haría si supiera que en mis noches de insomnio me salgo al porche o me subo el tejado para poder pensar o simplemente para despejarme, posiblemente estaría días sin hablarme hasta que las chicas se pusieran de mi lado, siempre y cuando ellas no se enfadaran mas que él, claro. Estaba decidido, sería mi pequeño secreto.
Nada más tenerme delante empezó a negar con la cabeza, signo inequívoco de que me regañaría por lo que le puse un dedo en la boca con un gesto tan aniñado como pícaro, le miré a los ojos y él me devolvió la mirada. Funcionó, no dijo nada, tan sólo suspiró y cedió ante mi súplica.
-El autobús en el que viene mi amigo está a punto de llegar, ¿te parece si cuando lo recojamos le enseñamos un poco la ciudad y vamos a comer algo? 
-Claro, no hay nada mejor que hacer hasta las siete y así vamos cogiendo confianza.
El trayecto fue raro, PJ siempre parecía dispuesto a hablar y a decir tonterías pero hoy caminaba encorvado, con las manos en los bolsillos y cabizbajo. Odiaba tanto verlo así que casi dolía, casi. Debía distraerlo hasta que fuese capaz de contarme que le pasaba y por ello le saqué el primer tema que me vino a la cabeza.
-Oye, ¿y como se llama el chico misterioso al que conoceré en apenas un rato?
-Se llama Logan Jared pero con que lo llames sólo con uno de ellos vale, hay gente que hace la broma de LJ y PJ pero verdaderamente poca gente aparte de mi le llama así, no le gusta mucho y solo le deja a los más allegados.
-¿Y cómo es?
-Mira hacia delante, lo tienes enfrente
¿Enfrente?¿Qué quería decir con eso? Lo entendí todo en cuanto levante la vista. Iba tan ensimismada observando su comportamiento que no me había dado cuenta de que habíamos llegado a la estación de autobuses y enfrente de nosotros había un chico bastante curioso, todo lo contrario a cómo me lo había imaginado pero no decepcionaba en absoluto. Algo más alto, mas corpulento y con el pelo mas largo que PJ, con una piel clara y morena, y unos ojos marrones pero algo verdes a la luz, muy bonitos y diferentes. Su sonrisa era blanca como esplendida, como la de esos anuncios de dentífricos milagrosos. Llevaba una camiseta de color azul, solo que el pecho era más claro salvo por el sello de lo que parecía ser de una universidad de varios tonos mas oscuros al igual que las mangas, las cuales llevaba arremangadas debido al calor que hacía hoy.
Al principio pasó un poco de mí para saludar a su amigo chocándose las palmas y dándose un abrazo rápido, algo típico de los chicos. Me sorprendió cuando se dio la vuelta y me toco el hombro, ya que estaba de espaldas a él y no podía verlo. Me giré sorprendida lo cual aumentó cuando me plantó dos besos, después de eso se presentó.
-Hola, soy Logan Jared pero puedes llamarme Logan, todo el mundo lo hace. ¿Hola? Tierra llamando a Aroa.
-Sabes mi nombre - no era un pregunta sino una afirmación.
-Cada vez que hablo con PJ me cuenta cosas de todas vosotras.-Tras eso no le puso muy buena cara a su recién llegado amigo.
-Vaya debo sentirme importante entonces. Ya que todo el mundo te llama así yo te llamaré Jared, ya que no te gusta LJ, encantada de conocerte.
-Eso es solo para la gente exclusiva. Bueno enseñadme algo más de la ciudad que la estación ya la tengo muy vista.

En el fondo Jared se sabía la ciudad incluso mejor que yo pero se notaba que le gustaba verla con una visita guiada para admirar lo que había cambiado y recordar lo que seguía igual.
La comida fue muchísimo más entretenida de que nunca habría imaginado, era un muchacho muy agradable y siempre estaba bromeando con nuestro amigo o conmigo, siempre tenía una palabra y una sonrisa que mostrar, al menos eso parecía de lo poco que lo conocía aún. Después de tomar algo dimos otro paseo y cuando nos quisimos dar cuenta eran las seis por lo que decidimos caminar hacia casa de las chicas para ir sin prisas y llegar un poco antes para poder ayudarlas más. A las seis y media estábamos tocando al timbre. La puerta se abrió incluso antes de que dejara de llamar y ahí plantadas estaban las dos, Alex rodeaba a Cris con su brazo y sonreían pícaramente, todos sabíamos lo que aquello significaba, bueno casi todos, era gracias a la compenetración que ya teníamos y al verlas así todos sonreímos, hasta Jared, era una sonrisa contagiosa incluso para PJ aquel día, que era la primera vez que lo veía sonreír con tantas ganas. Quería decir una cosa muy sencilla: la fiesta había comenzado.

Por lo que nos contaron sabían que llegaríamos antes de la hora por lo que ya tenían lo básico preparado. La sala en la que nos encontrábamos era un gran salón situado en la planta mas baja de la casa y con apenas luz natural, era bastante rústico y estaba unido a la cocina salvo por la barra americana que se situaba entre ellos.

El chico nuevo se presentó con más timidez de lo que lo había hecho conmigo y eso fue algo que me llamó la atención, sin duda. Debió ver la sorpresa reflejando en mi rostro porque me sonrió tímidamente y bajo la mirada hacia sus zapatillas. La verdad es que durante todos los preparativos el muchacho se movía bien, es decir, que ayudó mucho, y eso añadido a que transmitía muy buen rollo daba como resultado un gran número de bromas, salvo en PJ, quien parecía algo molesto por ello. Aunque intentaba disimularlo yo me daba cuenta, es lo que tiene pasar tanto tiempo con él.
-A tí te pasa algo, que me he dado cuenta.
-¿A mí? En absoluto, no sé porque lo dices.
-Deja de hacerte el duro que te he calado, estás muy serio y con mala cara. Bueno, con peor de lo normal.-Un atisbo de sonrisa recorrió su rostro mientras por mi cuerpo paso una leve sensación de alivio.-Eso ya está mejor chico duro, para una fiesta que hacemos no vas a tener esa cara, me niego, así que vamos ponte esto -dije colocándole un sombrero mariachi que había por ahí y que le tapaba casi media cara. Con ese aspecto me recordó a un niño con ganas de jugar a los indios y vaqueros, estaba graciosísimo y esa cara de resignación fingida me hizo querer reír y querer abrazarle.-Te he hecho sonreír un poquito, merezco un premio.
-¿Un premio como cuál? Porque claro, debe ser proporcional.
-Mira que eres malo. No se la verdad, un abrazo por ejemplo.-Me hice la desinteresada pero me pilló, como dije antes pasábamos demasiado tiempo juntos y nos conocíamos mejor el uno al otro que a nosotros mismos. 
-No disimules haciendo como que te da igual cuando en verdad estas deseando abrazarme, problemas.
"Problemas" era como me llamaba de forma cariñosa últimamente porque decía que que atraía a los problemas hacia mí y los de mi alrededor sentían la obligación de ayudarme pero nunca entendí muy bien eso la verdad y eso me sacaba un poco de quicio algunas veces pero sabía que iba sin maldad.
-Quizás tenga ganas de abrazarte pero ni tantas ni por el motivo que piensas, no me gusta verte así
-¿Así con el sombrero ridículo que me has colocado?Si quieres me lo quito.
Había comenzado a quitárselo cuando le paré su mano agarrándola con la mía.
-¡No seas tonto, sabes a que me refiero!
Empezó a reírse y supe por qué lo hacía al ver que miraba a su mano junto a la mía. Iba a hacer una de las suyas.
Consciente de que lo estaba aferrando con fuerza soltó el gorro y tiró de su mano hacia atrás, como el bien sabía yo no la solté por lo que me empotré contra su pecho quedando mi cara a pocos centímetros de la suya, sonrió y me rozó la mejilla con sus labios, enterró su rostro entre mis cabellos y su cálido aliento erizó el vello de mi cuello. No tenía la menor duda de que pretendía pero seguro que meterse conmigo.
-Te dije que estabas loquita por mí.
No pude evitar reír ante aquella situación.
-Eso es lo que tu quieres, aunque buena suerte, dicen que si deseas algo con todas tus fuerzas se cumple.-¿De veras eso acababa de salir por mí boca? Si me lo hubiesen contado no me lo habría creído, no soy de la clase de chicas que va tonteando por ahí con los chicos y no fui la única que lo notó.
-Guau, te tengo dicho que no bebas, que no te sienta bien.
Por suerte una voz que venía de atrás me salvó, era Alex y le estaría eternamente agradecida.
-¡Eh tortolitos! Venid un momento. Está todo preparado pero falta algo de hielo, me he ofrecido yo a irme yo pero Jared casi me mata, no quiere que salgamos solas a la calle y eso me hace sospechar que le has contado lo de la loca esa.
-¿Tú también le llamas Jared por salirte de la norma?
-En el fondo sabes que somos iguales.-Dijo guiñándome un ojo y sonriendo.
-Yo acompañaré a LJ a por hielo, aun así no os preocupéis, no queda lejos e intentaremos venir lo más rápido posible -intervino PJ- LJ coge la chaqueta, nos vamos pitando, no quiero dejarlas solas mucho tiempo. Alex nos llevamos las llaves.-Tras eso le dio un beso en la mejilla y se fue dejando a la chica con cara de póquer, por lo que deduje que era de los primeros.
* * *

-Bueno y ahora entre nosotras y tu, ¿entre vosotros hay algo verdad?
-¿Entre nosotros? Especifica Cris.
-Sí, entre PJ y tu. Se os veía muy acaramelados hace un momento y con eso de que pasáis tanto tiempo juntos pues...
No pude evitar reírme, me parecía algo tan surrealista que PJ y yo tuviéramos algo algún día que me salió sin poder remediarlo.
-En absoluto, ninguno sentimos nada el uno por el otro, pasamos tiempo juntos por culpa de esa mujer acosadora y tengo la sensación que su corazón esta ocupado por alguien desde hace tiempo, cuando ni siquiera me conocía a mí. Por otra parte lo de antes sólo era un juego.
-Un juego dice, yo solo juego así con Cris.-La interpelada le dio un golpe en el brazo.-No es mi culpa si es cierto Cris y estamos en confianza mujer, no seas sosa.
-En fin, volvamos a lo de antes. ¿Por qué crees que quiere a alguien?
-Por lo que tu dijiste antes, pasamos mucho tiempo jun...
Un extraño ruido nos hizo callarnos de golpe, estábamos analizando la situación mientras hablábamos con miradas. No podían ser los chicos porque hacía apenas diez minutos  que se fueron y además el ruido fue de cristales haciéndose añicos, los cuales supuse que vendrían de una ventana y posiblemente alguien la habría roto para entrar en casa.
Yo me encontraba de espaldas a la puerta y todo sucedió tan rápido que sino hubiese sido gracias a la adrenalina no habría tenido tiempo reaccionar. Alex me empujo del hombro hacia atrás y caí de culo donde segundos antes había estado sentada ella e instintivamente abracé a Cris para intentar protegerla pero se zafó y al final fue ella la que cubría mi menudo cuerpo con el suyo. Para salir ilesa de esto necesitaríamos mucha inteligencia y algún que otro milagro, si es que eso verdaderamente existía.

CONTINUARÁ.

By: GOAT

sábado, 14 de septiembre de 2013

CASUALIDAD CAP.3

Las tardes de estas dos últimas semanas se basaban en PJ y en las chicas. Después de lo que pasó en el parque, que la mujer viniese a por nosotros y que PJ, corriendo más que ella, nos pusiese a salvo mientras, intentando recuperar la respiración entre zancada y zancada llamábamos a la policía. La siguen buscando sin mucho éxito.
Desde entonces PJ no se separa de mí ni para comer, literalmente. Mi madre habló con su padre y ambos estuvieron de acuerdo en que pasase conmigo parte de la mañana y de la tarde, aparte quedábamos con las chicas, las cuales pasaban la mitad de la tarde conmigo también. A decir verdad, aunque no lo dijesen ni lo dejaran ver claramente, ninguno de ellos quería ni se atrevía a dejarme sola.
Mi padre no estaba muy contento de que pasara tanto tiempo con un chico a solas, por más que le decía que entre nosotros no había nada pero supongo que todos los padres son iguales.
La relación entre mis padres no había mejorado mucho pero él no había vuelto a emborracharse, se disculpó por la vez que lo hizo, según tengo entendido y está siempre alerta por si alguien intenta entrar en casa. Desde aquel día tengo la sensación de haber dejado de ser una chica de 17 años para volver a ser una niña pequeña y de cristal o, bien mirado, una muchacha rica rodeada de guardaespaldas y cuya única obligación es mantener la compostura, solo que sin ser rica, que mis guardaespaldas son mi familia y amigos y que si que tengo obligaciones. Era una bonita manera de verlo, la prefiero a la princesita de cristal. De sueños también se vive, supongo.

-Yo pongo las cervezas.

Era PJ quien hablaba. Intencionadamente o no siempre me sacaba de mis pensamientos. Empezaba a pensar que notaba cuando estaba distraída y me sacaba de mi
obnuvilamiento ipso facto.
Estábamos todos juntos enfrente de la casa de las chicas, apoyados en la valla blanca tan típica de aquí. Desde "El día", como lo habíamos denominado, no hemos vuelto al parque. PJ tenía mucho miedo por todas nosotras aunque dudo que lo reconociese algún día, por su parte las chicas tampoco tenían muchas ganas de ir y yo bueno, no era el sueño de mi vida, la verdad. Así que aquí estábamos, en la única sombra de todo el barrio proporcionada por un limonero que Cris se empeñó en plantar porque "le recordaba a casa". Nunca entendí que tenía que ver un limonero con su casa o incluso con nuestro país pero así es Cris, no le preguntes porque, si lo haces, tampoco es que vayas a entender la respuesta. Siempre tenía un aire misterioso, como si todo lo que dijese hubiera que leerlo entre lineas para sacar varios significados en lugar de sólo uno. Alex también lo parecía pero en su caso parecía ser por un motivo mas oscuro, como si su pasado hubiese sido difícil.
Estábamos preparando la fiesta que haríamos mañana en la casa de ellas, no teníamos nada en especial que celebrar pero al verano no le faltaba mucho para acabar y como bien dijo PJ "somos jóvenes, no necesitamos un motivo para estar de fiesta", como siempre tenía razón.

-Sí, que ya que vienes de gorrón a nuestra casa por lo menos pon algo. - Y ahí estaba Alex metiéndose con él. Todo era bastante monótono pero aún así cada día era diferente, mejor, cada día era monótonamente fantástico, monótonamente perfecto. Era algo que seguro que si intentaba explicar nadie iba a entenderlo.

-Aroa también va a ir y ella si que no va a poner nada.

-Ni yo la iba a dejar que pusiese nada. Ella es como mi hermanita así que no te metas con ella - cruzó los brazos dramáticamente, gesto bastante típico en Cris cuando desaprobaba algo y quería que le diesen la razón.

-Además, Cris, se te olvida que que ella pone su maravillosa presencia. - Primero Cris y luego Alex, estaba batalla era nuestra.

-Entonces si con su compañía tenéis bastante ¿Para qué queréis que vaya?

No pude callarme e intentando parecer seria, algo que, sinceramente, no se me daba demasiado bien, entre en juego. -Ellas no se pero yo te quiero por las birras, eso sin duda

-Coincido con ella plenamente y creo que Cris esta de acuerdo con nosotras también.

-Del todo y hasta mas no poder, si.

-Pues nada, os dejo las cervezas y me voy, ya que os parece tan bien pues...

-No hombre, ya que vas quédate y vas limpiando lo que las chicas y yo vayamos ensuciando y eso. - Al pobre se le abrieron los ojos como platos, se lo estaba tragando de
verdad. La carrera como actriz me podía abrir muchas puertas si nos ponemos en las malas.

-¿Estas hablando en serio?

-Si claro, sabes que no soy mucho de bromear

-Lo se, tengo que irme ya y no creo que mañana pueda ir, me ha surgido algo.

Se dio media vuelta y se dispuso a irse cuando las tres fuimos detrás de él. Cris le agarró del brazo e intento darle la vuelta pero no consiguió mucho, aun así el se giro muy bruscamente y casi choca con ella, se quedaron a escasos centímetros el uno de la otra. PJ, quien tenia cara de pocos amigos relajo en semblante al mirar sus ojos. Cris le abrazó
y él la rodeo con sus brazos, al verlos así me di cuenta de que era mucho mas grande de como hasta ahora lo había visto, le sacaba a Cris una cabeza y sus fuertes brazos eran como al menos dos de ella. No se por qué después de pasar tantas horas juntos no me había dado cuenta pero intente consolarme en que era por el contraste de ambos.
Lo que estaba claro es que aquel día, en aquel instante algo había cambiado, algo simple y sin importancia, al menos en ese momento, ya no lo vería igual jamas, ahora lo veía como realmente era.Traté de disimular su expresión de asombro como pude tras vivir toda aquella escena y para el colmo, Alex, que carraspeó, parecía una mezcla de celos e incomodidad. Aunque no me gustase admitirlo era con razón, quedaron demasiado cerca el uno del otro y cuando digo demasiado es demasiado.

-Guau PJ, ¿has ido al gimnasio últimamente?

Su cara denotaba vergüenza, mucha vergüenza. - Si, bueno esto...yo...más o menos

-¿Pero cuando? Si pasamos la mayor parte del día juntos. ¿Y para qué? Tu ya estabas bien como estabas. Vale ha sonado raro, quería decir que no te hacia falta - Eso explicaba por qué lo veía diferente.

-En mis ratos libres, en casa o en el gimnasio. Quería estar preparado por si pasaba algo. Si estoy a tu cargo debo estar a la altura.

-¡Eh no eres mi niñera!

Me pasó el brazo por el hombro y me acarició el pelo como hace la gente con los bebes cuando los protegen, como mi hermano debería haber hecho conmigo, y me susurro al oído.

-Tranquila, mientras estés con PJ estarás a salvo, prometido.

-Te intentas ligar a todas las chicas así o debo sentirme especial.

-A todas igual, seguro que contigo a funcionado y ya sientes algo.

-Sí, siento lo mismo que antes pero algo me emerge de dentro, es una fuerza irrefrenable que me obliga a acercarme a ti y...y como no te apartes te vas a ganar una colleja y de las fuertes.

-¿Entonces no sientes nada por mí?

-Nada más de lo que sentía antes, es decir, nada. Solo soy una chica mas para ti así que ¿por qué tu ibas a ser algo más para mi?

-Tremenda respuesta señorita, a sus pies. Y ahora sintiéndolo mucho tu y yo nos tenemos que ir, tengo que dejarte en casa ya o de lo contrario tu padre si que me dará verdadero miedo.

-No mientas, ya te lo da.

-Pero calla, ellas no lo saben.

-No lo sabíamos  ya si y créeme  te torturaremos con ello. Y ahora iros tortolitos, está oscureciendo y no quiero que estáis fuera cuando no haya luz. Mañana nos vemos, que no se os olvide.

-En nuestra casa a las siete. PJ, se puntual para empezar a limpiar pronto.

PJ miró a Cris con cara de "esta te la guardo" pero aún así no pudo evitar reírse al igual que todos.

-Ya en serio, creo que voy a traer a un amigo. Viene mañana por la mañana, lo veo muy de vez en cuando y me apetece que venga.

-Claro, mientras sea buena gente no importa y si te juntas con él es que lo es. Y ahora largo, ¡vamos!

Nos dimos media vuelta cuando Alex me llamó, al darme la vuelta extendió sus brazos, lo que quería decir que quería un abrazo de despedida. Se lo dí a ella y por supuesto a Cris y nos fuimos, a mi tampoco me gustaba estar en la calle por la noche ni que él lo estuviera y menos por mi culpa. Tengo el presentimiento de que mañana será un día inolvidable.

CONTINUARÁ.

By: GOAT

lunes, 8 de julio de 2013

CASUALIDAD CAP.2

Necesitaba analizar todo aquello.
Pegué un salto de la cama y con casi tanta velocidad como sigilo me planté en la puerta de mi habitación. Cuando fui a abrirla escuche a mi madre hablar con un hombre, parecía ir bastante ebrio, parecía… ¿mi padre?
Mi padre acababa de llegar a casa y a juzgar por el tono de ambos daba la sensación de que se había bebido hasta el agua de los floreros. Dio una voz y mi madre lo mandó callar diciéndole que me iba a despertar - lo siento mamá, algo tarde - . Me metí en la cama, me hice un ovillo y empecé a temblar pero me negué a llorar esa noche, me prometí que las cosas cambiarían, me sentía fuerte y, por primera vez desde que llegamos, no me sentía sola. Tenía a PJ y a las chicas. Los acababa de conocer hace tan sólo unas horas pero sabía que estarían conmigo.
EL móvil comenzó a vibrar y lo cogí antes de que mis padres lo oyeran. Era Cris. Creo que no era muy buena señal.

-Hola Cris, ¿estás bien o ha pasado algo?

-Tranquila, por aquí todo está bien. ¿Te he despertado? – Por detrás se oyó a Alex decir “Cariño mira qué hora es, como para no despertarla”

-En verdad aún no me había dormido todavía. Bueno sí pero me han despertado.

-Ves Alex, te dije que pasaba algo

-No me malinterpretes pero si todo está bien ¿para qué me llamas?

-Tuve una pesadilla en la que te pasaba algo y quería saber cómo estabas.

-¡Súper Cris al rescate! Tananataná – Rió Alex

-¡Pava! Ni medio dormida puedes dejar de hacer el tonto

Debía reconocer que me hacían gracia, eran una pareja curiosa sin duda.

-En verdad todo todo no está bien. Me ha despertado mi padre, acaba de llegar a casa. Borracho.

-Vaya lo siento Aroa, no sé qué decir.

-Tranquila no importa, todo está bien. En verdad no sé por qué os lo he dicho

-Porque si nos llegamos a enterar después te habría matado

-Te habríamos matado – Le corrigió Cris – Dime, ¿tienes sueño?

-Ninguno. ¿Por qué?

-Porque te vamos a secuestrar vía telefónica. Me…nos quedaremos hablando contigo hasta que caigas rendida.

Le conté con detalles toda mi vida en los últimos meses, desde que vinimos aquí, aunque claro, tampoco había mucho que contar, y ellas me contaron sus historias antes de conocerse ,y también algo después, pero no quisieron entrar mucho en algunos temas y yo tampoco quise preguntar mucho, no quería parecer indiscreta. Quedamos para la tarde siguiente puesto que por la mañana estaríamos durmiendo.
Me hicieron reír, me relajaron. El simple hecho de sentir oír sus voces tenía el mismo efecto que escuchar la canción más relajante de mi reproductor de música multiplicada, al menos, por tres.

* * *

Desperté desubicada, no sabía dónde estaba ni qué hora sería. Me incorporé y vi mi móvil en mitad de la cama, lo habían hecho, se habían quedado hablando conmigo hasta que me dormí. Me sentía feliz, afortunada pero también culpable porque se desvelaran por mí. Al ir a mirar la hora, eran la una, me di cuenta de que tenía un mensaje de Cristina que decía:

“Dulces sueños. Descansa que te lo has ganado y además mañana te toca aguantarnos a los tres. Nosotros avisamos a PJ, no te preocupes. Me ha encantado poder hablar contigo de forma tan cercana, eres un sol. Hasta dentro de un rato y tranquila, TODO va a ir bien.”

Me lo mandó por la noche, cuando me dormí. Debía decir que me encantaba aquella situación, aquella sensación de sentirme protegida. Eran increíbles. Era la primera vez que de verdad sentía que todo iba a salir bien, pasara lo que pasara, por el simple hecho de saber que ellos estarían conmigo.
Me aseé, me vestí y me puse la música para recoger la casa y hacerme la comida, la puse fuerte pero esta vez no fue para no pensar y olvidar mis problemas sino para disfrutar cada bajo y cada tambor, cada grave y cada agudo, cada tono, cada letra, cada sensación que transmitían.
Mientras comía puse las noticias, el canal regional, en busca de una noticia en concreto y allí estaba aquella extraña mujer, bueno ella no sino su foto. La policía mandó una orden de busca y captura para encerrarla de nuevo en el sanatorio de donde había escapado.
Sin quererlo rememoré el día que me la encontré o, para decirlo con más propiedad, cuando me encontró. A decir verdad no era algo que me asustase, ya conocía toda la historia, sabía que no me iba a pasar nada porque tarde o temprano suelo salir de las peores situaciones casi con un final feliz pero al ver que el asunto parecía grave, que hasta la policía le buscaba, me empecé a preocupar por las chicas, ambas reunían todas las condiciones y quizás sin pretenderlo yo podría llevarla hasta ellas. Debía prevenirles cuanto antes, cuando aún pueda controlar la situación y no fuese ella quien me manejase a mí. Esto iba en serio.
Terminé de comer e hice el mismo ritual de siempre, me tumbé, vi las noticias y el inicio de una serie la cual no estaba mal pero que no podía ver hoy pues tenía que vestirme y arreglarme.

No llovía ni tenía pinta de hacerlo, no había ni una nube en el cielo, hacía un poco de fresco aunque no importaba, necesitaba que me diese el sol por lo que me puse los piratas blancos, mis favoritos junto con los negros, y una camiseta de media manga, me taparía algo más si hacía falta, aún así cogí una chaqueta por si acaso. Cuando iba a salir sonó el teléfono de casa, que racha llevaba, iba a hablar más por teléfono en dos días que en tres meses.

- ¿Dígame?

- Aroa hija, soy mamá.

- Ya lo veo, si alguien que no fueras tu me llamase hija sería un poco preocupante.

- Nos ha salido payasita la niña oye.

- No lo dudes - dije riéndome - ¿Querías algo?

- Nada en especial, ver como llevabas el día.

- Bien ya sabes, como siempre. Me has pillado saliendo. ¿Tú como lo llevas?

- Supongo que también como siempre. ¿Has quedado hoy?

- Sí, quedé con las chicas, ellas avisarían a PJ.

- Que raro, no me dijiste nada en la cena.

- Claro porque fue an…antes de acostarme, me mandaron un mensaje.

- Ah bueno pues te dejo, pásatelo bien mi niña.

- Gracias mamá. Pasa bien lo que te queda de día. Te quiero.

- Te quiero.

Como siempre me quedé pegada al teléfono hasta que empezó a comunicar como señal de que en la otra línea habían colgado.
¡Tonta, tonta y tonta de mí! Por casi le confieso que anoche me despertó papa con su triunfal entrada a casa. Bastante tendrá ella con aguantarlo borracho, con aguantar todo lo que está pasando, todo lo que les está pasando como para que encima se preocupe por lo que yo sé, escuche o vea. Ambas estábamos juntas en este barco y la única forma de ayudarla era no dándole preocupaciones ni problemas, cuidando de su cabecita loca, distrayéndola y haciéndola reír, como ella había dicho, ser una auténtica payasa.
En fin, debía salir ya y me quedaba un camino largo hasta llegar al banco del parque.

* * *

A pesar de llegar cinco minutos tarde no había nadie allí, algo que me extrañó. Me apoyé en el respaldo del banco dispuesta a esperarles cuando de pronto sentí algo a mi espalda, me fui a girar cuando unas manos me rodearon la cintura y el acto reflejo fue mirarlas. Eran unas manos más pequeñas que las mías, sin duda de una chica, finas y con las uñas pintadas de negro. Esas manos, ese olor dulzón, esa reacción y esa espontaneidad sólo podían ser de una persona, por eso me sorprendió tanto, al darme la vuelta para devolverle el abrazo en condiciones, ver que era Alex y no Cris la que estaba conmigo.

-Guau Alex…vaya…guau.

-En Halloween vístete de perrito, está claro que  lo imitas bien, “guau, guau” – Dijo Alex sonriendo, la cual me contagió su sonrisa.

-Perdón, no te ofendas pero me ha sorprendido el abrazo.

-El abrazo no, que te lo haya dado yo sí.

-Ambas. –Dije yo dudando un poco.

Se empezó a reír de forma no-cuela-lo-que-dices y añadió:

-No te lo haré más si te vas a quedar tan petrificada que no te vas a dignar ni a devolvérmelo.

-¿Qué? Oh, perdona.

-¿Te das cuenta de que no dejas de pedir perdón?

-Ya, esto…lo siento.

-¡Ves! Deja de disculparte, no has hecho nada malo. Bueno, no has hecho nada, literalmente. –Carraspeó y se cruzó de brazos dramáticamente.

-Ven aquí anda, tonta.

La abracé pero por lo visto quería meterse conmigo un rato más.

-No no, si no quieres no me lo des, no quiero obligarte a hacer algo que no quieras.

Me separé un poco para mirarle a la cara mientras hablaba con ella

-¡Eh! Lo hago porque quiero y me apetece. Además, aún no te he agradecido lo de anoche.

-No hay nada que agradecer, nos vale con que estés bien.

Ante eso no me dejo otra opción que no fuera abrazarla, fuerte, porque, ¿qué más iba a decirle? todo aquello era demasiado. Ella me lo devolvió aún más fuerte y me hizo sentir protegida ante todo.

-Vaya vaya, me voy a tener que poner celosa y seria con vosotras. Menudo libertinaje.

-Cris perd…

Alex me interrumpió sin dejarme acabar la frase.

-Nada de perdones ya te lo he dicho. No te pongas celosa, simplemente ella me da algo que tu no. Lo siento.

-¿Sí? Pues tendremos que dejarlo entonces. Vete con ella.

-Oye Cris que no estábamos haciendo nada, solo le agradecía lo de anoche, iba a dártelas a ti también cuando vinieras. Gracias.

-No te justifiques Aroa, que piense lo que quiera, soy libre y si lo deja por algo así será que no quiere estar conmigo.

-Pues mira a lo mejor si es eso.

-Bien.

-Vale.

-Perfecto.

-A ver chicas, parad. Es una tontería por lo que estáis discutiendo y además, a mí no me gustan las chicas. Mirad, si voy a causar problemas entre las dos será mejor que me vaya.

Me di la vuelta para irme cuando ambas me cogieron de los brazos, el contacto con sus manos fue casi fatal, no me hicieron daño físico pero odiaba la idea de que les causaba problemas, eran tan buenas y sin embargo yo les había desbaratado todo. Me dieron la vuelta, me miraron, se miraron, me miraron y se empezaron a reír sin  poder parar. Cuando se hubieron recompuesto un poco Cris dijo que no hacían falta las gracias pero que si quería podía darle otro abrazo a ella a lo que accedí pero poniendo una condición:

 -No más bromas pesadas.

-Era una novatada, le hicimos la misma a PJ cuando las conoció y empezamos a llevarnos bien pero la reacción de él fue algo distinta. Lo siento si te ha molestado o si nos hemos pasado pero cuando estés triste o decaída recuérdala, te hará sentir mejor y más cerca de nosotras, aunque te entren ganas de matarnos.

Ésta vez Cris de dirigió a Alex.

-¿Cómo que ella te da algo que yo no, señorita? – Intentaba ponerse en plan dramática pero a decir verdad estaba riéndose casi a carcajadas por lo que no parecía muy convincente.

-Pues lo que oyes pequeña.

Dudo que alguien te de esto.

Cris la besó. Ambas se fundieron en un beso lento, tierno. Quería apartar la mirada pero no podía, era una de las escenas más bonitas que había visto en mi vida. Se notaba el amor entre ellas, pero el amor de verdad, no ese que hay ahora y que dura dos semanas, ese que perdura a pesar de los sinsabores, las peleas, los problemas, la gente, ese que no hace falta decirlo porque se ve de lejos con tan sólo contemplar sus movimientos, sus miradas y escuchar sus voces. Ambas cambiaban si les faltaba la otra. Eran vivas, alegres y con energía pero en gran parte era porque estaban juntas, por separado lo eran, claro que lo eran solo que algo menos, eran algo así como un pack, se complementan a la perfección, se daban lo que necesitaban en todo momento. Era algo obvio que estaban echas la una para la otra.

-¿Acaso puede darte esto todo el mundo?

-Sí, cualquiera puede darme un beso, cualquiera que le deje claro.

-¿Entonces?

-¿Entonces qué?

-¿Entonces por qué me elegiste a mí?

-No te elegí yo, te eligió mi corazón porque lo cautivaste la primera vez que te vi en aquel salón de actos, tan inocente, eras tan correcta, tan expresiva, tan verdadera, tan real, tan perfecta. Porque un beso sin más puede dármelo cualquiera pero tú me lo das con todos los extras. Tú consigues con un beso  que sienta que soy feliz aunque mi día haya sido el peor, haces que sienta mil mariposas en el estómago, me haces temblar de arriba abajo, haces que mi sonrisa más verdadera sea cuando estoy contigo y cuando más cerca estoy de ti, que sonría sin saber el motivo concreto porque el motivo abstracto eres tú. Consigues que me guste cada palabra, cada mirada, cada gesto por pequeño que sea, aunque ni tú te des cuenta de ellos. Entonces un beso puede dármelo cualquiera pero que me hagan sentir que voy con los pies en el suelo mientras me vivo en el cielo sintiendo que mi vida es perfecta pese a que todo va  de mal en peor, eso sólo puedes conseguirlo tú pequeña.
Eso había sido lo más bonito que había escuchado en mucho tiempo, y lo más sincero también. Casi podía compararse con Bécquer o Shakespeare, no en la forma pero si en el contenido, era maravilloso.

La magia se rompió al ver a PJ corriendo hacia nosotras, yo pensaba que llegaba tarde y por eso corría tan sofocado, hasta que vi su cara casi tan desencajada como la de las chicas. Como de costumbre las cosas volvían a ir mal e intuía el por qué. La mujer. 

CONTINUARÁ.

By: GOAT

lunes, 20 de mayo de 2013

CASUALIDAD CAP.1

Estaba en mi cama, deprimida, mirando al techo pero sin ver nada, solo pensaba. Mis padres habían tenido una discusión y aunque se habían calmado ya se notaba que el final estaba cerca.
Nos mudamos a un pueblecito de Pensilvania  hará dos meses, al inicio de verano. Vivir en algún lugar de Estados Unidos era algo así como el sueño de mi madre pero no el de mi padre. Él adoraba su pequeña ciudad donde nació, creció y conoció a su esposa. Todos éramos de allí pero reconozco que no me sentía parte de aquel lugar, de hecho sentía cierto odio hacia aquella gente que sin llegar a hacerme nada no me dejaban tranquila. Me sentía observada en cada movimiento que realizaba, atada, resignada y esperaba con impaciencia el momento de salir de allí y dejar a toda esa gente pija y con vidas tan vacías que tienen que vivirlas a través de los demás. Por ello apoyé a mi madre incondicionalmente cuando tuvo que buscar trabajo fuera de España debido a la crisis y a la mala gestión de cada uno de los políticos, tuvieran el color o los ideales que fueran, entre todos estaban acabando con el país y nosotros debíamos ir en busca de la fortuna porque estaba claro que ella no iba a venir  a buscarnos a nosotros.
Mi hermano murió de una epidemia de meningitis cuando era pequeño por lo que podría decirse que soy hija única. Muchas veces me pregunto cómo sería pasar con alguien los malos tragos y, en especial, desde que vinimos aquí.
No me gusta la gente ni hacer amigos por lo que estoy completamente sola. Aun faltaba un mes para empezar el instituto así que salía a dar una vuelta de vez en cuando, con la música bien alta mientras paseaba  por los parques de aquel hermoso lugar,  en especial uno que estaba algo lejos de mi casa pero que era tan tranquilo y tenía tanta vida que daba igual si estaba sola o no, allí me sentía una más de aquel condado de Filadelfia, nadie se fijaba en mí, nadie conocía mi historia, nadie podía amagarme, juzgarme o criticarme, no allí.
Me estaba relajando al pensar en aquel sitio, eran las 3:50 am y no podía dormir, o mejor dicho, no quería. Mientras estuviera encerrada en mi habitación, o como me gustaba llamarla, “mi mundo”, todo iría bien, sin embargo si dormía un nuevo día llegaría y con él la cruda realidad. Llevaba varias noches sin dormir más de cuatro o cinco horas y estaba reventada por lo que me rendí ante la tranquilidad de aquél parque y me sumí en la calidez de mis sábanas.
El móvil me sobresaltó sacándome de un sueño que no podía recordar, lo cogí y sin mirar el número contesté pero en la otra línea comunicaban. Malditos tele operadores.
Eran las 11:30 por lo que mis padres estarían en el trabajo. Tenía que ir a la tienda  hacer la compra, la cual a esta hora se encontraría hasta los topes “¡Genial!”, por cosas como esta me encantaba levantarme tarde. Recogí la casa, me di una ducha para relajarme y despejarme, me vestí y me fui.
 La tienda estaba inusualmente vacía tanto de gente como de productos, vale que no fuera muy grande pero apenas había diez personas y eso contando con los trabajadores y eso por no hablar de los estantes los cuales estaban prácticamente sin nada. Le pregunté a la dependienta que estaba a mi lado, observando con la misma perplejidad que yo aquel curioso panorama pero la única respuesta que obtuve fue un escueto:

-No tengo ni idea de qué ha pasado hoy, ni siquiera tenemos ofertas.

Debía admitir que parecía algo desquiciada cuando dijo:

-  ¿No eres de por aquí verdad hija?

Me sorprendió esa pregunta pero contesté de todos modos.

-No, soy extranjera, de España, pero resido aquí desde hace dos meses, ¿por qué?

-Tú acento es…extraño. Dios mío libra a esta joven del mal. ¡Bendice su alma!

Vale, eso fue muuuy raro, después de soltarme eso se fue gritando y gesticulando en todas direcciones. Intenté obviar el espectáculo que acababa de dar esa señora y compré lo que pude. Llegué a mi casa, guardé la compra y cuando quise darme cuenta ya era la hora de la comida  por lo que, como todos los días de diario, comería yo sola. Me quedé pensando en aquella mujer, o, más bien, en su forma de pronunciar ese “extraño”, entiendo que mi acento sea distinto al de un nativo pero debía reconocer que me defendía bastante bien con el inglés, de hecho siempre fue una de mis asignaturas favoritas por mi facilidad con él. Aún así tampoco le di mucha importancia, quizás solo fueran imaginaciones mías o incluso una simple broma.
Terminé de comer, lavé los platos y me tumbé a ver las noticias. No me era agradable ver tantas desgracias pero me habían educado de esa forma lo que me gustaba estar informada y además, dicen que la información es poder ¿no?

Debí quedarme dormida de nuevo porque cuando me quise dar cuenta eran las cinco de la tarde así que me levante, me adecenté un poco para que al menos la gente no se asustara de mí y de mis pelos de loca y salí de casa dirección al parque.

Allí estaba yo como de costumbre, sola y con la música a todo volumen en mitad de un parque completamente verde, rodeada de gente que parecía feliz.
Estaba empezando a chispear y a levantarse  aire cuando noté el móvil vibrar en el bolsillo.

- ¿Diga? Es decir, hola papá, dime.

- Hola hija. Ya he avisado a tu madre, hoy no cenare en casa. He quedado con los chico del trabajo, es el cumpleaños de uno y nos invita.

- Amm…Esto...Estupendo, claro si, pásatelo genial y ya hablamos luego.

- Hasta mañana cielo.

- Adiós… - Pero no pudo oírlo puesto que colgó antes de darme tiempo a contestar.

Me sumí de tal manera en mis pensamientos que apenas me daba cuenta de que diluviaba y de que el viento arreciaba si no fuera porque estaba empapada y porque el aire venía de cara y era tan fuerte que apenas me dejaba andar. No veía ni oía nada, sólo movía mis pies de forma inconsciente arrastrándolos por el asfalto de la acera.

No me di cuenta de qué ni de cómo había pasado, sólo sabía que me encontraba tirada en el suelo y sin poder identificar con qué había tropezado. A mi lado se encontraba un banco con gente apoyada en él, a ambos extremos del hormigón por el que caminaba había hierba, que cubría gran parte del parque, un gran parque lleno de hierba que puede amortiguar mi caída voy y me caigo justo en el hormigón, así es mi vida, la ley de Murphy multiplicada por dos, si algo puede salir mal, no te preocupes, saldrá aun peor.
Un chico me sacó de mi aturdimiento y me devolvió a la realidad cuando me ofreció su mano para levantarme, cuando lo hice pude observar todo mucho mejor. Era un chico alto, de color, con el pelo muy corto y algo rizado y lo que más me llamó la atención, estaba seco. En ese momento caí en la cuenta de que un frondoso árbol les tapaba las gotas de agua, las cuales en mi caso ocupaban cada mínima parte de mi ropa y mi cuerpo. Reparé también en que detrás de él se encontraban dos chicas, debían ser novias pero ni lo tenía seguro ni me importaba aquel detalle. No hagas con los demás lo que no quieras que hagan contigo, en mi caso, juzgar.

- ¿Qué ha pasado? ¿Por qué me he caído?

- Tropezaste con mi pie, lo siento, no me di cuenta de que venía alguien. Soy…todo el mundo me llama PJ así que puedes llamarme así.

- Tranquilo estoy bien. Soy Aroa, encantada.

- Es un alivio la verdad, si te hubiese pasado algo me hubiera costado perdonarme. Estas dos son Cris y Alex, chicas, esta es Aroa.

- Encantadas de conocerte.

- Cris habla por ti. Yo que tú lo ponía a raya por hacerte la zancadilla.

- Alexandra cariño, no seas tan borde con la muchacha anda.

- ¡Te tengo dicho que no me llames Alexandra!

- Y yo que te lo llamare cuando quiera – Dijo Cristina mientras se reía por haber conseguido enfadar un poco a Alex.

- Dejar de discutir, vais a asustar a la muchacha. Lo de la zancadilla ya he dicho que fue sin querer, la chica no es tan asquerosa ni rencorosa como tú, Alex. –PJ se giró y le sacó la lengua mientras le guiñaba un ojo.

- Tranquilo, fue culpa mía, iba distraída y así pasa. En el fondo debería agradecértelo, me has sacado de mi atontamiento.

- ¿Problemas con un chico?

- Algo así. Con un hombre en verdad, uno que actúa como un crío escondiendo la cabeza bajo el ala.

- Entiendo, ¿tu padre?

- Sí, pero no es algo de lo que me apetezca hablar ahora y menos con desconocidos, sin ofender claro, pero tendréis mejores cosas que hacer.

- Puedes contármelo si quieres.

- Otro día.

- Pero…

- PJ déjala, ¿no ves que no le apetece hablar de ello? – Interrumpió Cris para echarme una mano a mí, a casi una desconocida y encima después de eso me sonrió. Definitivamente no estaba acostumbrada para nada a esto.

- Debo irme ya, se está haciendo tarde y mi madre debe estar a punto de llegar.

Esta vez fue Alex quien intervino:

- Parece que a mi chica le has caído bien – Al decir ese “mi chica” algo brilló en sus ojos, algo como felicidad y orgullo, orgullo de poder estar con ella, de que de veras fuese su chica – y he de reconocer que a mí también, a PJ todas las chicas le caen bien por lo que tampoco es ninguna novedad y su opinión tampoco cuenta mucho por lo que…

- ¡Eh! No es cierto.

- Y así se pasan todo el día, que paciencia hay que tener con vosot… - Cris no pudo terminar la frase sencillamente porque los labios de Alex se lo impedían, después le susurró algo que no fui capaz de oír aunque lo prefería así, era su momento por lo que preferí dejarles intimidad, después de eso Cris sonrió.

- Por dónde iba… ¡Ah sí! Por lo que si quieres te acerco a tu casa en coche, la lluvia cada vez va a mas, tu casa debe de estar lejos y no me atrevo a dejarte ir sola en tus condiciones, como te vayas tropezando con cada baldosa llegaras con múltiples fracturas.

- ¡Sí! Venga va vente con nosotras, es decir, nosotros.

- Gracias por excluirme del grupo, yo voy andando.

- Muy sutil Cris, PJ ya veo que las pillas al vuelo

- Venga ya ha sido un lapsus sin importancia.

PJ puso una sonrisilla inocente y  a continuación añadió:

- Lo sé. Y Aroa, te aconsejo que aceptes o te meterán a la fuerza en el coche.

- ¿Y quién te dijo que no lo vayamos a hacer ya? – Cris se abalanzó gritando y riendo a por mí y sin darme tiempo siquiera a reaccionar me cogió del brazo y tiró de mí.

Se notaba que era una chica viva, feliz. Me encantaría poder integrarme un poco en el grupo pero todos eran así y no encajaba mucho con ellos, éramos como polos opuestos.
Pasamos el camino hablando de cosas banales, sin importancia pero nos reímos, me reí. Hacía meses, muchos, que no me reía tanto ni tan sinceramente a pesar de que el trayecto era de apenas diez minutos. Alex conducía y por lo tanto debía indicarle de vez en cuando por donde ir aunque le describí cómo era el sitio donde vivía y se ubicó bastante bien. PJ era el copiloto, cosa que por lo visto era algo raro pues ese era el sitio de Cris, que estaba sentada en los asientos de atrás, detrás de PJ para ser más exactos. Mi sitio sobra decirlo, detrás de Alex, la cual de vez en cuando me miraba por el retrovisor con curiosidad y complicidad, al menos eso parecía, y yo le devolvía una sonrisa tímida.

Al llegar mi madre ya estaba en casa pero no le importó mi tardanza, de hecho hasta se alegró de que hubiera estado con alguien. Durante la cena le hablé de las chicas y de PJ, me dijo que “buscaría información en su mágico ordenador” como ella decía, vamos que cotillearía en la base de datos de su ordenador para ver si había algo interesante relacionado con ellos. Sobre PJ me dijo que conocía a su padre, trabaja en el mismo periódico que ella pero no sabía decir si, al igual que ella, era o no un redactor. Aparte de eso me contó que tal le fue el día. Me estaba hablando sobre un artículo que escribió esta mañana y toda su historia, pues decía que le parecía apasionante, cuando la llamaron al móvil, ante eso puso los ojos en blanco y cara de resignación por lo que intuí que eran asuntos del trabajo. Contestó, habló y de pronto se quedó seria, pálida incluso, le dio las gracias a su informador y colgó. Estiró la mano con la palma levantada, lo que quería decir que me guardase las preguntas hasta dentro de unos minutos, primero debía ordenar sus ideas y beber agua, después ella misma me contaría con pelos y señales.

- ¿Has visto algo raro en la tienda hoy?

- Sí, apenas había comida y aún menos gente. ¿Por qué? ¿Qué ocurre?

- Era Frank, un compañero de trabajo pero no quería nada sobre eso, solo avisarnos. Una mujer se ha escapado del psiquiátrico, una ultra católica. Por lo visto estuvo a punto de suicidarse cuando se enteró de que su hija había abortado, fruto de un noviazgo efímero y que su marido le engañó con un hombre extranjero o, como ella dice, con un acento extraño. Desde entonces carga contra todo aquel que considera extranjero u homosexual, lo sea de verdad o no.

- No me digas más, no te habrá dicho algo de que desvaría y va diciendo cosas como “Bendice tú alma” o algo así.

- Aroa hija, si es una loca tendrá que desvariar ¿no? – Me dijo entre risas.

- Cierto, algo tonto por mi parte – Fingí que me avergonzaba.

-Pues en verdad si, va diciendo eso a todo el mundo que ve con alguna de esas características, es como su forma de marcar a sus víctimas. ¿Cómo sabes eso? ¡¿No me digas que te la has encontrado?!

-Mamá por favor tranquilízate o la que se va a volver loca vas a ser tu…más aún quiero decir. – Intenté relajar el ambiente y por lo que se ve funcionó porque se le escapó una sonrisilla, me sacó la lengua y se tranquilizó un poco. Lo último que necesitaba es que se tomara este asunto como algo personal y se expusiera ante aquella mujer, yo me encargaría de todo. –Sí, me encontré con ella en la tienda, me dijo todo eso de la bendición y el acento extraño. Ella inició la conversación, se hacía pasar por una dependienta a juzgar por el uniforme que llevaba.

- Vaya eres toda una sabuesa. – Lo dijo con tono irónico aunque creo que lo hizo para intentar ocultar la ansiedad que le estaba entrando, cosa que aún no sabía que era imposible, los ojos se le agrandaban, imperceptiblemente para alguien que no la conociera pero era demasiado llamativo para mí.

- Tranquila mamá estaré bien, te lo prometo. Llamaré a PJ y hablaré con las chicas para que tengan cuidado. No saldré sola a la calle, todo está bien.

- Sí, todo está bien. Se ha hecho tarde, creo que deberíamos ir a la cama.

Estaba claro que no quería seguir con el tema por lo que insistir en él sería una batalla perdida y tampoco tenía muchas ganas de nada a estas alturas de la noche, tenía cansancio acumulado, el día fue intenso y ya sólo tenía ganas de dormir tranquila. Sí, tenía ganas de dormir, increíble, creo que debía agradecérselo a PJ y a las chicas.
Nos levantamos, recogimos la mesa, nos pusimos el pijama, nos dimos las buenas noches y en cuanto me tumbé en la cama caí rendida.

De pronto un golpe sordo en mitad de la noche me sacó de mis sueños. Algo no iba bien.

CONTINUARÁ.

By: GOAT


viernes, 3 de mayo de 2013

Nueva historia

HOLA MUNDO!!
Después de tanto tiempo desaparecida os comunico que tengo una nueva historia entre manos y que este verano la subiré si todo va bien y eso si, con mas rapidez que el verano anterior espero.
También estoy empezando a hacer cambios en el diseño del blog, quiero cambiar algunas cosas por lo que poco a poco lo iré cambiando. Tened paciencia, GOAT ha vuelto y se esta renovando!!

Fdo. GOAT INFINITY