Después
de la discusión de aquella mañana Cris pasó varios días sin hablar con Alex y
por mucho que Alex quería arreglarlo la otra chica, aunque no sabía porque, se
sentía traicionada y herida. Poco a poco y durante las dos semanas siguientes
había conseguido calmarse un poco, todo había vuelto casi a la normalidad pero
aún le guardaba algo de rencor que lo transformaba en forma de golpes bajos
como “para el tiempo que te queda aquí qué más da” o “no te preocupes, mejor
quedamos, ya tendremos tiempo de hablar por teléfono dentro de poco…o tal vez
no”. Alex intentaba ignorarlos todos pero había uno que le había sacado de quicio, se
lo dijo días atrás, fue un “si te importara tanto como dices no te irías” el
que desató su furia y pese a que Cris se arrepintió desde el primer momento en
el que sus labios pronunciaron esas palabras pero a Alex ya no le valían, algo
en su interior se enfureció al oír eso, al notar tanto egoísmo pero en lugar de
oír ni decir nada la miró a los ojos y vio en ellos arrepentimiento junto con
un susurro casi inaudible pero que entendió perfectamente “lo siento”. Se
marchó sin mediar palabra y Cris no supo de ella durante otra semana
interminable. Alex no le cogía ni el móvil ni el fijo y tampoco contestaba a
sus mensajes de texto ni a los recados que le daba a sus padres cuando eran
ellos los que esporádicamente contestaban. Una semana desaparecida
completamente, sabía que estaba bien o al menos era eso lo que decían sus
padres, que ya le contaría ella misma el porqué de esta ausencia aunque
conforme pasaban los días más se convencía de que se había ido y que esta vez sí
que fue por su culpa, por su maldito rencor y por su falta de cabeza. El
pensamiento de haberla perdido cada vez era más fuerte y durante esa larga
semana que se le tornó años apenas comía, dormía por agotamiento y apenas hacía
los ejercicios para el día siguiente y estudiaba los exámenes pero en clase
estaba ida y solo recordaba los momentos junto a ella y notaba una ausencia
detrás de su espalda, fuera de su cuerpo, en la mesa de detrás de ella donde
antes estaba sentada Alex y que ahora estaba desangelada. A pesar de que su
padre y su hermano Dani desconocían que le pasaba y se lo atribuían al estrés
del instituto, su madre supo casi desde el primer momento que le pasaba y así
se lo dejaba ver a ella con sus miradas, unas veces inquisitivas, otras de
apoyo, o simplemente de compasión pero nunca dijo nada y eso fue lo que más le
hizo sospechar a Cris de que sabía algo más que ella, que alguien se había
puesto en contacto con su madre.
El
sábado por la tarde recibió un escueto sms que decía:
Te espero en mi casa a las 10. Te lo explicare
todo detenidamente y resolveré todas tus dudas. Un beso.
-Alex
Debía reconocer que no era mucho pero eso quería decir que
seguía en la cuidad y que volvería a verla y estaba tremendamente feliz por
haber recibido ese mensaje pero algo en su interior le decía que algo iba mal;
las miradas de su madre, la extraña desaparición de Alex durante una semana y
esa frase, resolveré todas tus dudas
le recordó algo que dijo hace un tiempo: “Mira
Cris te prometo que te voy a contestar a todo esto pero no hoy. Creo que has
conseguido más respuestas de las que esperabas entre anoche y ahora, te lo
ruego, dame un respiro.” Y Cris sabía perfectamente que había querido
decir con eso, que se lo respondería cuando se fuera de la cuidad y
probablemente no volvería a verla.
Aún
así se vistió con sus mejores vaqueros, una camiseta negra y ajustada, sus convers dudó si coger una chaqueta pero
puesto que el frio ese año se estaba retrasando un poco, que sus padres
insistían en que la llevarían en coche y que estaría resguardada del frio en
casa de Alex optó por no llevársela. Le dijo a su madre que no sabía a qué hora
llegaría a casa y ella lejos de ser tajante y discutir con ella le dijo que si
lo veía necesario se podía quedar a dormir allí que ya estaba todo hablado.
Perfecto, eso confirma sus sospechas. Si su madre se había puesto en contacto
con alguno de ellos a saber de qué más habrían hablado. Ese asunto no era
prioridad, no quería llegar tarde así que se bajo del coche, se metió más manos
en el bolsillo para disimular el temblor que le sacudía el cuerpo y le erizaba
el vello de los brazos. Llamó a la puerta y se dijo a sí misma que sería firme
pero en cuanto Alex abrió la puerta y la vio sonreír frente a ella se olvidó de
todo y se lanzó a sus brazos.
-Echaba
de menos tenerte tan cerca, rodeándome tan fuerte con tus brazos, sintiendo tu
cara cerca de la mía, impregnarme de tu olor.- Le susurro Alex al oído.-
-Es
una cursilería lo que acabas de decir, no te pega con tu fachada de malota y
todo ese rollo que tienes.
-Lo
sé pero me encanta decírtelas, la sonrisa que pones, esa tan bonita y el brillo
en tus ojos que podría iluminar cualquier sitio por oscuro que sea.
-Sigue
siendo una cursilería pero es cierto que me encanta.
-No
hace falta que lo jures. Ahora pasa, cojeras frio y además tengo que mantener
la fachada de dura delante de tu madre.- Dijo Alex y señalando con la cabeza
más allá de Cris, detrás de ella.-
-¡Adiós
mama, te agradecería que dejaras de
cotillear de vez en cuando! – Chillo Cris mientras la despedía con la mano.
Casi se imagino a su madre poniendo los ojos en blanco, arrancó y se fue
haciendo el mismo gesto que su hija hace unos instantes.-
-¿Quieres
tomar algo?- ofreció la anfitriona de la casa a su invitada-
-No
gracias, he intentado cenar en casa pero tengo el estomago cerrado.
-Por
alguna razón me siento culpable de que lo tengas así.- ironizó Alex-
Cris,
que no había dejado de sonreír desde que vio a Alex, dijo riendo: -Tal vez sea
porque es tu culpa.-
-Jamás
podre perdonármelo…en fin… ¿bajamos al cuarto de abajo? Ahí podremos hablar
tranquilamente sin que nos moleste nadie.
-Como
tú quieras, es tu casa al fin y al cabo.
-También
es la tuya.- Dijo Alex mientras le guiñaba un ojo-
Alex
encendió la luz y bajó la primera, con Cris justo detrás, para indicarle donde
se encontraba la habitación que había dicho. Cuando pasaron Cris se quedó
impresionada por la magnitud de aquel lugar; era muy amplio, tenía dos sofás en
forma de L, una mesa de madera enfrente de ambos y, al fondo pegadas a la pared, tres camas; una normal,
otra encima y otra cuya colocación le sorprendió mucho a Cris pues estaba
colocada en horizontal pegada a los pies de la otra cama. Alex debió de ver la
expresión de la cara de Cris pues dijo:
-Esta
sala es una mezcla de salón-dormitorio. Mi hermano solemos dormir arriba pero
cuando hay invitados les dejamos nuestro cuarto para que duerman ahí y si falta
alguna cama se viene aquí con nosotros. Cuando no los hay es nuestro salón. Yo
suelo estar cuando no hay nadie ¿sabes? Este lugar es como mi santuario, me
ayuda a pensar y me relaja estar aquí. Siéntate anda, hay cosas que hablar y no
quiero alargar esto más tiempo.
-Sí,
es como hacerse la cera, cuando antes tires menos sufres.
Se
vislumbró una tímida sonrisa, bajo la cabeza, levantó la vista, la miro a los
ojos y asintió.
Alex
se esperaba que la otra chica dudase y le diese vueltas a las cosas antes de
empezar a decir nada, por eso le sorprendió tanto la seguridad con la que
empezó a preguntar, a pesar de tartamudear a causa de los nervios y el miedo.
-¿Te…te
vas a ir?
-Si
-¿A
dónde?
-Lo
siento pero dijiste que no querrías saberlo así que no te lo diré
Pareció
dudar pero continuó.- ¿Cuándo?
-Mañana,
o pasado a más tardar.
-Mi
madre lo sabe.- No era una pregunta si no una afirmación.- Lo ha sabido todo
antes que yo.
-Así
es, pero no por lo que te piensas. Me sirvió de aliada para enfrentarme a
Oliver. Te mantuvo en casa el tiempo suficiente para que yo organizara todo y
‘’hablara’’ con él.
-¿Qué
le has hecho?
-Simplemente he querido asegurarme que ya que no voy a estar
aquí para defenderte al menos no tengas problemas y mucho menos por él. Su
novia no era de nuestro instituto por lo que tuve que buscarla para hablar con
ella. No sabía nada y se quedo bastante afectada por todo lo que te hizo a ti y
a ella. Días después vino Oliver buscándome para echarme la culpa de que su
chica cortara con él, no pude reprimirme y discutimos. Le dijo que no tenía
derecho a hacerle eso a su pareja ni a jugar con tus ilusiones por sus simples
intereses. La cosa fue a más y acabé dándole un puñetazo por atreverse a
menospreciarte. Lo siento pero no pude remediarlo. En la siguiente parte fue
cuando mas necesite a tu madre, me ayudo a pegar carteles por todo el instituto
con frases sobre lo que había dicho o hecho. Tuvo el efecto deseado, su popularidad
se ha desplomado y ahora es el chico más odiado del instituto. He oído que va a
cambiarse de centro de estudio en un par de días. No te dará más problemas.
-¿Por qué?
-¿Por qué qué?
-¿Por qué te vas? ¿Por qué te has enfrentado a Oliver por mí?
¿Por qué me has tratado bien hasta cuando no te caía bien? ¿Por qué…todo?
-Tenías que hacer esa pregunta.- suspiró Alex.-
-Es la más importante.
-Verás…nunca me has caído mal. La primera vez que te vi en
el salón de actos me pareciste la chica más hermosa que he visto jamás. Tu
mirada me atravesó el alma y sentí que te conocía desde…siempre. Lo de que no
te aguantaba fue una estrategia, tu no sabías quien era, ni yo quien eras tú
pero, si conseguía que me prestaras atención aunque fuera odiándome sería un
comienzo, luego intentaría caerte bien pero a pesar de todo lo que te decía y
lo que te hacia me seguías soportando. Siempre tenías palabras o miradas de
ánimo para mí. Desde aquel primer momento supe que te tenía que proteger pasase
lo que pasase, intente advertirte de Oliver pero no me hiciste caso, y cuando
lo del parte…no podía permitirme que tuvieras un mísero problema. Me importabas
demasiado.
- ¿Te mataba que hablara de Oliver verdad?
-Al principio no demasiado, pensaba que solo era un capricho
pero luego al ver tus miradas hacia él, la forma en que te trataba y en la que
caías rendida a sus pies, como os acercabais, como os besabais…-hizo una mueca
de dolor al pronunciar esas palabras.-
-¿Y cuando me empujaste contra la pared?
-Fue un impulso, quería sentirte cerca, ver tus ojos y…
-Y besarme. Supongo que pensaste que estaba dormida pero sé
que me besaste.
Alex carraspeó y se recompuso como pudo.- ¿Tú por qué me
empujaste?
-No lo sé. Estaba llena de una rabia que no podía explicar y
tus comentarios y fachada de pasota solo hacían que crecieran. Fue un impulso.
Pero no te escaquees, hay algo que aún no me has contestado.
-Básicamente quiero irme porque te amo Cris. He intentado
ser tu amiga, apoyarte con tu pareja cuando en realidad me moría de celos y
tenía que aguantarme hasta llegar a mi casa o quedarme sola para poder llorar o
despotricar.
-¿Por tu fachada?
-No, porque si lo hiciera delante de ti no entenderías nada,
te preocuparías y no quería eso. Además tampoco podía decirte que te quería,
podría haberte perdido para siempre.
-Como si no fuera eso lo que está a punto de pasar.
-Tal vez sí, pero no puedo seguir fingiendo que no siento
absolutamente nada por ti, que no eres el amor de vida.
-Tan solo tienes 18 años, ni siquiera has vivido aún.
-Cierto, pero esas cosas se saben y si ahora que te lo he
contado me quedara tu vida quedaría condicionada por mí y mis sentimientos. Lo
que quiero es que vivas tu vida y seas feliz, lo más feliz que puedas y si para
ello yo tengo que irme pues lo haré. No hay marcha atrás.
Una lágrima se derramaba por la mejilla de Alex, Cris le
acunó la cara entre sus manos y le dijo:
-No es lo mejor. Deja de decir tonterías.
Cris se acercó lentamente a Alex y besó sus labios muy tímidamente.
Lo hizo inconscientemente, pero se dio cuenta de que realmente quería hacerlo.
CONTINUARÁ…
Fdo: GOAT